𝒕𝒘𝒆𝒏𝒕𝒚 𝒇𝒐𝒖𝒓

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( ☆. 𝐶𝐻𝐴𝑃𝑇𝐸𝑅 𝑇𝑊𝐸𝑁𝑇𝑌 𝐹𝑂𝑈𝑅 )
𝚎𝚕 𝚎𝚜𝚌𝚊𝚙𝚎.

La Torre de Astronomía parecía estar en una calma inigualable, como si un acto de terror no acabara de pasar allí.

La chica se dio vuelta, preparada para enfrentarse a Draco y lo que tuviera que decirle, más, se sorprendió al ver que no estaban solos. No supo cuando sucedió, pero frente a ella se encontraban Alecto y Amycus Carrow, Fenrir Greyback, Danniel y, peor aún, Severus. No los había escuchado subir las escaleras y mucho menos entrar por la puerta.

Por unos segundos su mirada se encontró con la de Severus. Aquel destello de horror y decepción se reflejó en su rostro, aunque lo ocultó tras una máscara de severidad. Sus labios apretados revelaban de forma clara para Alaska lo que pensaba, sus puños estaban cerrados con fuerza, conteniendo la furia y el dolor que amenazaban con desbordarlo.

No fue el asesinato lo que hirió a la chica, fue su mueca que mostraba una mezcla de desilusión y disgusto, aunque también diviso una pizca de comprensión en sus ojos negros.

Un poco más alejado se encontraba Draco, apoderado por la conmoción y la confusión. Su mente se negaba a aceptar lo que sus ojos veían y sus pensamientos se agolpaban en su mente, incapaz de procesar la inesperada realidad que se yacía frente a él. Las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos mientras buscaba desesperadamente una señal de arrepentimiento o dolor en sus ojos, pero solo encontró indiferencia.

Alaska había finalizado la misión que le había sido encomendada a él, lo hizo por él. O eso quería creer. No sabía de que se trató toda la charla previa al asesinato, su novia se había visto realmente molesta contra el director y eso lo hacía dudar. No estaba segura de nada.

 Alaska se volvió hacia el grupo de mortifagos, buscando respuestas.

—¿Qué hacen ustedes aquí? —Preguntó con voz firme, evitando conectar la mirada con los ojos de su jefe de casa.

—Yo los traje —Murmuró Draco con un hilo de voz—, me ayudarían con la misión...

—Pues era claro que no necesitabas a tanta gente —Espetó con un tono de molestia que la sorprendió hasta a ella—, sólo han hecho un alboroto allá abajo.

—Fuera de aquí, rápido —Ordenó entonces Snape.

Agarró a Draco por la nuca y lo empujó hacia la puerta ya que no parecía tener intenciones de moverse; Greyback y los hermanos los siguieron, estos últimos resollando enardecidos. Alaska iba a ponerse en camino pero fue retenida por Danniel, a quien no había mirado desde que lo vio por primera vez en el lugar.

—Debo decirlo, pequeña —Le dijo el hombre con una sonrisa de satisfacción—. No pensé que tendrías las agallas de hacer algo como eso. Estoy orgulloso.

mortifagos en acción ⁶ ━━ harry potter sagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora