Narra Natalia
Las siguientes semanas fueron únicas.
Quedamos prácticamente todos los días , a veces se pasaba por la empresa, otras muchas quedábamos por la noche o simplemente nos pasábamos hasta las tantas hablando por teléfono.No podría cuantificar el número de besos que nos hemos robado.
Después de aquella conversación que tuvimos sobre su trabajo decidimos llevar nuestra relación mucho más despacio. Pero siento que no puedo más.
Hay días en los que deseo arrancarle la ropa, o simplemente darle un beso cada vez que nos vemos, pero no, por que eso es muy de novias.
Se aproximaba Junio y por lo tanto, también se acercaba el cierre de la empresa por vacaciones, por lo que debíamos trabajar duro estas últimas semanas.
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18:35
-Lacunzita, tiene usted visita-dijo Adalia entrando en mi despacho
-Pero si yo no espero a nadie-dije confusa
Pero por aquella puerta apareció mi angel, la chica que me robaba los latidos descompasados.
-Hola Nat-dijo con una voz tímida
-Hola Albi, que alegría verte-dije feliz levantandome para recibirla
-Mira yo me voy de aquí si no quiero morir por un subidón de azúcar, que plastas por dios-dijo Africa desapareciendo
-¿Somos demasiado empalagosas?-pregunto alba con un puchero en sus labios
-Un poquito solo-dije juntando mi dedo índice y el pulgar sin llegar a tocarse.
Segundos después tenía a Alba agarrada de mi cuello como si de un mono se tratase, mientras mis manos rodeaban su pequeño cuerpo.
-Te he traído un cafe-dijo ella después de separarse de nuestro abrazo
-Es todo un honor rubia-dije dándole un pequeño toque en su nariz
Ya nos encontrábamos sentadas, cada una con su respectivos cafés, pero es cierto que notaba una Alba un tanto inquieta. No lo decía yo, lo decían sus manos, que no dejaban de jugar con cualquier cosa de su alrededor.
-Oye Albi, ¿qué te pasa?-le pregunte
-Nada, estoy bien-dijo intentando imitar una sonrisa
-Oye-dije levantandome y acercándome hasta ella y una vez estuve delante suya, me puse de cuclillas para estar a su altura, ya que se encontraba sentada en la silla- sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, además ¿Si has venido hasta aquí, es porque pretendes contarmelo, no?-dije esto último acompañado de una risita.
Narra Alba
Que bien me conoce la capulla.
-Veras Nat, mi madre y mi hermana han llegado esta mañana, y no se de que manera pero les he dicho que tengo pareja y bueno que quieren conocerte-dije todo lo más rápido posible
Su cara fue un absoluto cuadro.
-Lo siento Natalia, se que ni somos pareja, pero mi madre es muy pesada y no he podido hacer otra cosa, pero entiendo que no quieras porque...
-Albi, me encantaría conocer a tu familia-dijo ella con total sinceridad y una sonrisa en su boca
-¿Enserio?-dije como una niña ilusionada el día de reyes
-Claro, además, somos casi novias, damos el pego mazo-dijo ella chula
-Eso de pasarte tanto tiempo con la mari te está pasando factura, tu eras más refinadita Nat-dije cogiendo su carita y besando sus labios repetidas veces.
Pasamos la tarde entre risas e historias de mi pasado.
Le conté que mi madre no sabe nada sobre mi trabajo, que ella se piensa que todo lo que gano es gracias a mis cuadros. La verdad es que cuando todo empezó, no tuve una mejor excusa, además gracias a estudiar la carrera de artes tenia bastante idea de dibujar.
Mi familia nunca había sido de muchos lujos, es más, éramos bastante humildes. Mis padres se separaron cuando yo tenía 11 años y mi hermana prácticamente no tenía consciencia mi madre luchó mucho pero era una situación bastante complicada.
Recuerdo un día, el peor de nuestras vidas. Tuvimos que abandonar nuestra casa, no pudimos pagarla y nos echaron. Pasamos muchos días en la calle, sin tener un sitio donde resguardarnos y eso lo tenía clavado en mi cabeza.
Un día me encontre con una mujer, Noemia Galera. Ella prácticamente fue mi salvavidas, aquello a lo que agarrarme para sacar a mi familia de ese pozo sin fondo. Ojalá las cosas hubieran sido de otra manera, así no tendría que estar pasar por esto ahora mismo. Pero también gracias a ello, tengo lo que tengo y soy quien soy.
Abrirme de esa manera a Natalia fue como, estar en pleno furor de la batalla y abandonar tu armadura, el escudo y la espada e ir a pecho descubierto ante miles de enemigos con sed de sangre.
Como cuando vas a la playa y te quitas la ropa y sientes miles de miradas clavadas en tu cuerpo.
Es como cuando entregas lo mejor de ti a una persona, y esperas que lo cuide como has hecho durante años.
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-Bueno, bueno Alba Reche, así que mañana tenemos comida con la suegra y la cuñada-dijo ella con gracia mientras apagaba el motor de la moto
-Muy graciosa Lacunza, ya verás cuando mi madre te atosigue a preguntas y no sepas donde esconderte-dije mientras me quitaba el casco
-Bah, no será para tanto, seguro que la Rafi es un amor-dijo ella restandole importancia
-Mañana me contaras novia-dije guiñandole un ojo
-Vale novia mía-dijo rodeando con sus brazos mi cintura y acercándome hasta ella que seguia subida en su moto
-Nos vemos mañana Nat-dije en un susurro para poco después atrapar sus labios entre los míos.
-Buenas noches Albi, descansa cielo-dijo ella dejando el último beso sobre mi mejilla
Arranco la moto y la vi desaparecer por las calles de Madrid.
Que suerte la mía, el día que la conocí, que pasara por esa calle, justo el día que la conocí.
Que poco nos hace falta para vivir, es para mi como las musas al dibujar, que no puedo ser yo si me falta ella.
En poco tiempo, se había convertido en todo lo que me hacía feliz.
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Votaciones: 55🌟
Alba ha contado su pasado y se ha abierto con Natalia!
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Femme Fatale| Albalia
FanfictionNatalia Lacunza, la directora de una gran empresa tras la dura enfermedad de su padre. Alba Reche, una prostituta con un pasado demasiado turbio. Dos personalidades muy diferentes. ¿Que pasará entre estas dos chicas?