XVII

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Narra Natalia

Hoy llego el gran día, el día en el que se celebraría la fiesta de despedida de la empresa y por lo tanto su cierre definitivo.

Estaba feliz pero también estaba triste. Todos estos meses ha estado llevando una gran empresa y además de la mejor manera posible.

Pero lo que si tenía claro es que después de que la empresa se vendiera, se dedicaría a lo que lleva queriendo desde que era pequeña, que es la música.

-Africa, ve acabando con la zona de la entrada y tu Noelia, ve a ver cómo van las cosas en la cafeteria-dije con prisas.

Una vez que me cerciore de que todo estaba en orden, decidí tomarme un tiempo para ir a casa, ducharme y vestirme para la ocasión.

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Una vez estuve lista, le envié una foto a Alba

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Una vez estuve lista, le envié una foto a Alba.

Cogí el coche y me dirigí a la empresa donde ya estaban todos esperando.

Nada más llegue, me encendí un cigarro y me lo fumé tranquilamente en el exterior. Estaba un tanto nerviosa ya que ahí dentro me iba a encontrar a mi familia, a todos los amigos de mi padre, otros empresarios...

Que dios me bendiga.

-Natalia hija, que guapa estas-dijo mi madre nada más verme

-Hola mama- dije abrazandola y darle un caluroso beso en su mejilla.

-Nat Nat, que guay has dejado todo está-dijo Helena

Yo asenti, y pose la mirada sobre mi hermano.

-Que guapo estás Santi-dije mirándolo con una sonrisa entrañable

-Tu también natillita-dijo santi, por lo que no pude resistirme a abrazarlo y despeinar su pelo

Una vez estuve con mi familia, fui a buscar a mi padre para ver qué tal iban las cosas por aquí.

-Papa

-Natalia hija mía ya estas aqui, mira te presento a Juanjo, Mario y Enrique, aunque ellos ya te conocen a ti de cuando eras un bichito-dijo mi padre con todo el cariño del mundo

Salude a aquellos hombres y mantuvimos una pequeña conversación.

La tarde-noche continuó sin más, todo el mundo tomaba canapés y copas de vino, algunos estaban más alegres e incluso bailaban como era el caso de Africa, Joan e incluso los chicos de prácticas.

Se acercaba la hora y teníamos que ir a cenar, aunque ahora simplemente irían los amigos de mi padre, empresarios y mi familia. Es decir, tuve que despedirme por última vez de mis empleados.

-Bueno chicos porfa, un poquito de atención-dije reclamando la atención de todos.

Dejaron de hacer todo aquello que estaban haciendo y me miraron.

Femme Fatale| AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora