Capítulo 8.

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Unos días después, las cosas podrían decirse, se calmaron un poco, puesto que Ichigo no volvió a llamar a Orihime, dándole el tiempo necesario para que hiciera lo que él creía era su derecho. Aun así, no estaba muy seguro del porque escucho la voz de Ulquiorra ese día, sería que estaba tan perturbado cuando Grimmjow le grito y reclamó por estar exigiendo la firma de su separación, pero podría también culpar al alcohol, que estaba presente en su sistema al momento de llamarle, o quizás habrá sido por la irritación del momento mientras oía llorar a Orihime, mientras también le reclamara Nell, decir que estaba más que fastidiado es poco, en comparación con lo inseguro que se sentía, Urahara no soltó ni una palabra del paradero de la pelinaranja cuando se lo pregunto, Yuroichi estaba más que furiosa, que va, decirlo es poco en comparación con lo que le hizo cuando se enteró de la solicitud de divorcio de él para con la ojigris, incluso lo mando a volar con una certera patada, que si no hubiese sido porque siempre se mantenía entrenando, quizás lo hubiese mandado al hospital por un buen par de días.

Aún recuerda los gritos y unos cuantos improperios por parte de la morena, pidiéndole o más bien, exigiéndole dejar respirar a Orihime unos días más.

—Tsk! Por más que trato de que no se compliquen las cosas, esto toma otra dirección- suspiro cansado.

—No te preocupes, solo dale tiempo, recuerda que incluso a mí me falta la última audiencia para separarme por completo- le susurro mientras lo abrazaba por el cuello.

—Creo que tienes razón, y ¿cuál es su respuesta? - besó una de las manos de la pelinegra —lamento no poder estar ahí contigo Rukia-

—No te preocupes, no es como lo imaginaba, pero creo que es suficiente-

—¿Y ya hablaron con Ichika? Quizás este preguntando donde te encuentras ahora mismo-

Un bufido cansino se escuchó salir de los labios de la pelinegra —Aun no, Renji quiere que termine todo esto para que ella decida con quien irse- lo dijo mientras su rostro mostraba un semblante triste, eso no era lo que quería para su pequeña, no quería lastimarla separándola de su padre, pero tampoco creía justo que creciera en base a una mentira. Aún después de lo que paso hace días con Ichigo, diciéndole que no quería saber nada de él, hasta que Orihime firmara el divorcio, al final también se dio cuenta, que ella estaba en la misma posición que él, y siendo sinceros, no quería pasar ese proceso sola en su casa junto al pelirrojo.

—Te entiendo, no te preocupes, si llega a quedarse con nosotros, prometo amarla y cuidarla como si fuera nuestra propia hija-

—Gracias Ichigo, no sabes lo feliz que me haces el escucharte decir eso, solo espero que mi Nii-san también pueda entenderlo... que estar contigo, es lo que en verdad me hace realmente feliz-

—Lo hará cariño... puede ser duro por fuera, pero en el fondo sé que te aprecia más de lo que te imaginas- deposito un casto beso en su mejilla, haciéndola sonrojar de inmediato, eso era lo que más amaba del pelinaranja, su amor y su entrega para aquellos a quienes ama, su dulzura y delicadeza hacia ella, cuando sabía perfectamente que no lo merecía —Te Amo Rukia... y siempre lo haré...- era tierno y la mimaba cuando lo necesitaba.

Nadie estaba equivocado al principio, ellos a pesar de sus constantes discusiones, se amaban con locura, lastimosamente sus inseguridades para con los sentimientos de su contraparte los orillaron a tomar decisiones, que justo ahora, estaban arrepentidos de haberlas tomado.

—Yo también te amo a ti... Ichigo- y con ello reclamó sus labios en un beso, que empezó tierno, pero luego se volvió más aprensivo y demandante...

DOLOR Y CONFESIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora