Capítulo 13.

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—¿Como estas Orihime-san? Tanto tiempo sin verte, y debo decir que siguen siendo muy bella-

—Oh, muchas gracias Kurosaki-san, por favor no diga esas cosas que me avergüenzan...-hablo con un pequeño sonrojo en sus mejillas.

—¿Por qué? si lo que dice papá es cierto, mi hermano es un tonto por no darse cuenta de eso- hablo la de cabellos negros.

—Gracias Karin-san-

—Y bien, ¿dinos como te encuentras? – hablo Yuzu.

—Amm estoy muy bien, gracias... pero y ¿Dónde está Kazui?, desde que vine no lo he visto-

—Bueno...- titubeo Yuzu.

—Veras Orihime-san, Ichigo quiso pasar la tarde con él, no voy a mentirte-

—¿Cómo?, ¿acaso no ha estado con nuestro hijo desde que me fui? –

—Por eso, lo que sucede es que Ichigo se fue a los pocos días que lo hiciste tú, y lamento mucho lo que sucedió esa vez, me entere que te llamo estando borracho pidiéndote nuevamente que firmaras el divorcio, lo que sucede es que Rukia-san en ese entonces le reclamo que debia divorciarse para irse a vivir con él, pero a pesar que no estoy muy seguro de lo que paso después, tal parece que cambio de opinión-

Orihime escuchaba asombrada lo que decía el señor Kurosaki, a pesar de que ya habían pasado algunas semanas no dejaba de dolerle lo fácil y sencillo que la olvido Ichigo.

—¿Qué quiere decir? –

—Que Rukia acepto a Ichigo, y hace unas semanas que viven juntos, en este momento ella esta esperando los papeles del abogado que lleva su caso con Abarai, y están en plena pelea por la custodia de Ichika-

Justo en ese momento, sintió una corriente venir desde su espina dorsal, acaso era miedo, claro que lo era, si Rukia buscaba quedarse con su hija, ¿que evitaría que Ichigo también lo hiciera?

Tal parece que el rostro de Orihime mostraba el temor de lo que significaba que Rukia discutiera la patria potestad de la menor, porque pudo adivinarlo claramente Isshin Kurosaki, pero trato de tranquilizarla y evitar que sus propios pensamientos hicieran estragos en la pobre mujer que tenia enfrente, suficiente había sufrido como para que pensara en lo peor.

—Cálmate Orihime-san, no pienses lo peor- dijo para calmar a la mujer que comenzaba a temblar frente a ellos y se observaba como sus ojos comenzaban a cristalizarse —Ichigo no hará nada de lo que estas imaginando, así que tranquilízate. Ya hablé con él, y me prometió que no hará nada al respecto, quiero decir, que Kazui se quedará contigo, así que no tienes por qué temer-

Escuchando eso, la pelinaranja pudo tranquilizarse por lo menos un poco, pero eso no quitaba el temor que sentía, ¿y si Ichigo cambiaba de opinión?, ¿y si quisiera pelear la custodia de su hijo?, tantas cosas pasaron por su mente.

—Ori...-

Mientras trataba de continuar Isshin, el teléfono de la mujer comenzó a sonar, dejando a todos callados y observándola en lo que sacaba su móvil y observaba el remitente de la llamada.

—Oh, disculpen, es una llamada del trabajo, solo contestare un momento, ya regreso...- se levanto y se fue directo al patio trasero, dio gracias al cielo que le marcaran en ese momento, sino era capaz de romperse a llorar ahí mismo.

—Ho... hola-

—Mmm?, ¿sucede algo, porque te escuchas así? –

—No... no es nada, yo... yo solo...- un nudo en su garganta le impedía hablar, a pesar de todo si tenia miedo, y no podía soportar estar un segundo más ahí, donde había tantos recuerdos que aun dolían.

—Tranquilízate mujer, ¿Qué paso?, ¿quieres que vaya por ti? ...-

—Ulquiorra.... Yo ... es que...-

—Escucha, solo termino aquí y voy por ti, pero antes, ¿Qué paso? ¿ese imbécil te hizo algo? -

—No, no es eso... es que...- y en eso trato como pudo de explicarle lo que sucedía, mientras el pelinegro escuchaba atentamente a la mujer, era lógico el temor que sentía, si lo único bueno que le quedaba de su matrimonio era su pequeño hijo, y ahora sentir la amenaza que se lo pudiesen arrebatar era agobiante.

—Escucha, si te parece bien, porque no vienes con tu hijo y se quedan en mi casa, es mas espaciosa que la de Grimmjow, y está a unas cuadras, podemos buscar a alguien que pueda cuidarlo mientras estas trabajando, gracias que te has puesto al día con todo, por el momento no hay necesidad que te quedes hasta tarde, además si fuese así, puedes hacerlo remoto desde casa-

Era su impresión o Ulquiorra estaba preocupado por ella, incluso el tono bajo y calmado de su voz para tranquilizarla se lo decía, a gritos, por lo que agradeció internamente tener a alguien que pensara en ella como lo hace él.

—¿Estas seguro?, yo no quiero incomodarte...-

—Escucha, te lo dije una vez, si pienso algo serio contigo es con todo lo que tienes, y tu hijo es alguien muy importante para ti, así que deja que también me importe a mi-

No pudo evitar que lagrimas salieran de sus ojos —Esta bien, claro, entonces déjame arreglar unas cosas y puedes venir por nosotros mañana, te enviare la dirección donde nos puedes recoger...-

—Está bien, tranquilla, ¿de acuerdo? -

—Si, de acuerdo-

—Si pasa algo llámame e iré para allá de inmediato-

—Gracias Ulquiorra-

—No es nada, bueno te dejo, Grimmjow acaba de venir gritando que se disparo la calidad en una línea-

—Oh..., espero no sea nada grave...-

—Descuida, sabes que puede ser muy alarmista-

—Está bien, cuídate por favor, nos vemos mañana-

—Si, adiós- y con eso corto la llamada.

Orihime suspiro y se quedo viendo un momento mas su celular, en verdad que estaba agradecida con el de ojos verdes, si hubiese sabido antes que se encontraba con vida, y que la hubiese buscado en ese entonces, quizas su historia fuera distinta, quizas Kazui fuera hijo de Ulquiorra y no de Ichigo, pero las cosas son como son, y por ahora solo podía pensar en su tranquilidad, esperando que las cosas vayan a mejorar, al final, era lo único que la confortaba, un lugar al cual pudiera llamar hogar y que se sintiera segura junto a su pequeño hijo.

—¿Orihime-san? - llamo Yuzu desde la puerta que daba al patio trasero.

—Oh lo siento, ahorita voy...-

Una vez que guardo su móvil, no sin antes ponerle silenciador, siguió con la platica con la familia de Ichigo, dejando el tema de lado, acerca de la situación de Ichigo y Rukia, charlaron de otras cosas, que Orihime estaba trabajando en una importante empresa en otra ciudad, que estaba junto a unos amigos y que se la pasaba muy bien, obviamente extrañando a su pequeño.

Mientras degustaban el té de tarde, escucharon la puerta principal abrirse, y que alguien entrara.

DOLOR Y CONFESIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora