Tomó el primer taxi que atendió ante su llamado, con el brazo alzado, levantando el dedo índice hacia la calle con leve tránsito.
Una vez dentro, intentando ocultar su desespero se limitó a mostrarle la pantalla de su teléfono al conductor, tenía una dirección ahí, una que Felix le había enviado sin decir nada más.
El hombre analizó la dirección y, como si supiese el camino de memoria, asintió y se puso en marcha.
Los minutos pasaban igual de rápido que la velocidad con la que las llantas del auto giraban, pero para Changbin estaba siendo eterno, su estomago cosquilleaba incómodamente por los nervios y se mordía el labio inferior repetidas veces mientras miraba hacia todos lados, golpeándose la rodilla con los dedos de manera impaciente.
—Más rápido, por favor. -habló con el puño sobre su boca, no sabía siquiera a dónde se dirigía. ¿Faltaba mucho, faltaba poco?
Su petición fue aceptada al momento, pero aún así no le parecía suficiente, quería matarse, de verdad quería matarse si así llegaba más pronto hasta Lee.
Fue cuestión de llegar a la carretera y de ahí quizás un kilómetro o menos, cuando el auto comenzó a detenerse abrió bien los ojos, estaba algo oscuro a excepción de las ventanas y el pórtico de lo que parecía, a lo lejos, un hotel.
Se estacionó frente a este y apresurado pagó, agradeció y bajó casi cayéndose, sin dejar de mirar hacia el lugar, lucía lindo y acogedor para el frío que estaba experimentando en ese momento, y entonces recordó que había dejado su abrigo en el auto, el cual ya había entrado a la carretera de vuelta, pero no pudo importarle menos.
A un paso temeroso se acercó hasta la puerta, no había nadie afuera, entonces entró.
Adentro era cálido, la apariencia interior del lugar era igual de suave que la exterior, decoración bonita y aroma agradable, se distrajo por un momento y luego recordó la razón por la que había llegado hasta ahí.
Caminó hasta la recepcionista, quien leía un libro pacíficamente detrás de su escritorio, pero al notar al pelinegro, sonrió amablemente y dejó lo que hacía para abrir la lista de huéspedes en su computadora.
—Bienvenido, ¿ha hecho reservación? -lo miró.
Seo negó con la cabeza, confundido, ¿debía decirle que iba de visita o algo así?
—Hm... vengo con alguien que está hospedándose aquí. -explicó dudoso, porque realmente no sabía si esa era en realidad la dirección correcta.
—Ya veo... -la chica giró la mirada a la pantalla y se preparó para escribir en el teclado. —¿Me podría decir cuál es el nombre de la persona?
—Sí. -dio un suspiro. —Lee Felix. -estuvo a punto de tartamudear.
Nunca en su vida se había sentido así de nervioso.
La recepcionista pronto dio con el nombre, revisando el número de cuarto para dárselo al chico.
—Está bien, la habitación es la número dieciocho, en el piso C. -habló mirando a la computadora, para después volver a tomar su libro y sonreír al mayor. —Buenas noches.
—Buenas noches. -Changbin hizo una corta reverencia y luego se enderezó para ir casi corriendo hacia las escaleras.
Uno, dos, tres pisos que corrió sin cansancio, pasillos largos con números confusos, todas las puertas eran iguales y sentía a sus órganos hacerse pequeños dentro de sus huesos.
Miraba hacia ambos lados, de puerta en puerta, contando, notó el número diecisiete y tomó aire antes de girar su mirada. Ahí estaba, puerta numero dieciocho.
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kids coffee shop ; changlix
Fanfiction"-Mis sentimientos se derriten como el helado de chocolate que vendemos aquí. Bienvenidos al café." «fanfic ; straykids» «pareja principal: changbin & felix» 🌟10/11/19: 1° en #changlix🌟 ¡Gracias! por: @cheeerry_lk