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Ari Levinson.

Me encuentro en mi habitación, esperando a Ari

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Me encuentro en mi habitación, esperando a Ari. Me prometió que estaría hoy temprano, pero como siempre, prefirió trabajar unas horas más. Suspiro cansada, pero la puerta se abre lentamente. Me asomo lentamente para encontrar con una somnolienta. Mi pequeña entra en puntitas, me levanto y la tomó en brazos.

- mami, ¿papi aún no llega? -habla mientras se tapa con las sábanas de mi cama.

- no, aún no cielo -con mi mano derecha, masajeo su espalda.

- ¿Crees que venga? -asiento y ella cierra sus ojos para luego quedarse dormida.

Luego de que pasan unos minutos, me levanto con cuidado. De la cama para bajar a la cocina.
Abro el refrigerador, y tomó un poco de fresas. Les pongo crema y le doy una cucharada. Escucho como la puerta se abre y salgo corriendo hacia la puerta.

Veo a Ari, y literal me avalanzo sobre él. Me aferro a su cuerpo, y este ríe, tomó su cara con mis manos y comienzo a tocar su barba, la cuál a crecido desde la última vez que lo vi. Además de que su cabello, también a crecido.

- tu barba -paso mi mano por esta.

- me encanta -Ari ríe y deposita un beso en mis labios.

- al fin estás en casa -susurro en sus labios

- yo también te extrañe -toma mi cara y con sus manos acaricia cada parte de mi cara.

- Evie, se quedó dormida esperándote -lo observo y noto que su sonrisa desaparece.

- lo lamento, tenía trabajo -toca mis labios, con su mano.

- si, lo sé, siempre tienes
trabajo -me levanto y me dirijo a hacia donde están mis fresas con crema.
Siento como Ari se acerca por detrás mío y hace aún lado mi cabello, y ahí pone su cabeza. Con sus manos toca mi cintura, y ahí es cuando mi anatomía responde.

- casse, linda -besa mi mejilla.

- Ari siempre es lo mismo, te vas por mucho tiempo, Evie siempre pregunta por ti -Ari deshace su agarre y se acerca a la estufa.

- ¡hago lo mejor que puedo! -le da un golpe a la mesita de centro de la cocina.

- ¿mami, que sucede?- nuestra hija llega y en cuanto ve a Ari, corre hacia sus brazos. Fulmino a Ari, con la mirada y este solo rueda los ojos.
Salgo de ahí, molesta. Luego de media hora, Ari entra sin camisa a la recámara, cuando veo que entra voy directo al baño.
Este me sigue y entra detrás mío, cierro la puerta de la regadera, y segundos más tarde entra el.

ᴏɴᴇ-sʜᴏᴛs»ᴄʜʀɪs ᴇᴠᴀɴs {ᴘᴇᴅɪᴅᴏs ᴄᴇʀʀᴀᴅᴏs}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora