THE CAPITAL SIN
ORGULLOEl más mortífero de los pecados es aquel que es asociado con el mismo diablo, con Lucifer, siendo este mismo el que hizo que el ángel cayera en la tentación de igualar a Dios. Suele estar ligado a este mismo por aquella razón.
El orgullo, también conocido como la soberbia aunque ambos términos tengan leves diferencias en su significado, es reconocido como el padre de todos los pecados, siendo el primero en ser cometido.
La palabra soberbia proviene del latín superbĭa y es un sentimiento de valoración de uno mismo por encima de los demás, sobrevaloración del yo respecto de otros, es un sentimiento de superioridad que lleva a presumir de las cualidades o de las ideas propias y menospreciar las ajenas. La soberbia se diferencia del orgullo en que éste último es disimulable, apreciado cuando surge de virtudes o de causas nobles, y la soberbia manifiesta el deseo de ser preferido por otros, basándose en la satisfacción de la propia vanidad, del yo, del ego. Se puede decir que el orgullo puede derivar para la soberbia. La soberbia es una actitud orgullosa consistente en la perspicacia de aquella persona que se envanece a sí misma.
La soberbia es considerada por la teología católica como uno de los siete pecados capitales. En casi todas las listas de pecados, la soberbia (en latín, superbia) es considerado el original y más serio de los pecados capitales, y de hecho, es la principal fuente de la que derivan los otros. Es identificado como un deseo por ser más importante o atractivo que los demás, fallando en halagar a los otros.En El paraíso perdido de John Milton, dice que este pecado es cometido por Lucifer al querer ser igual que Dios.
En el poema Divina Comedia, la Primera Grada representa a la Soberbia. Las tres primeras terrazas del Purgatorio están relacionadas con pecados causados por un mal amor que de alguna forma llega a herir a la persona amada. El primero de estos es el Orgullo. En la terraza hay almas orgullosas purgando sus culpas, Dante y Virgilio ven hermosas esculturas expresando humildad, la virtud opuesta.
En 1589, Peter Binsfeld, basándose libremente en fuentes anteriores, asoció a la soberbia con el demonio Lucifer, que tentaba a la gente por medios asociados al pecado.La humildad es una de las Siete Virtudes que forman parte del Catecismo de la Iglesia Católica, la cual sirve para que el cristiano sepa cómo afrontar la tentación de la soberbia.
Entre las varias representaciones artísticas con que se ha identificado la soberbia se encuentran el león, el caballo, el pavo real, el murciélago, el color violeta y el espejo.