Raising Ye Rim | Park Jinyoung

08.

- ¿Te gusta mucho el chocolate, Ye Rim-ah? - preguntó el profesor, mientras veíamos cómo la niña comía a gusto su pastel de chocolate.

Mi hija asintió mostrándole una sonrisa con sus labios llenos de chocolate. Viéndola con una sonrisa, acerqué una servilleta a ella para poder limpiarla suavemente, antes de seguir comiendo.

No quería que el encuentro con su padre arruinara nuestro día, así que me había propuesto ignorarlo por el resto del día y concentrarme en celebrar con ella su victoria en la carrera.

- ¿Te cuento un secreto? - le preguntó, inclinándose hacia ella para hacerlo más privado. - A mí también me gusta mucho el chocolate.

- ¿Enserio? - replicó la niña, abriendo los ojos de par en par, de la misma forma que yo lo hice al verla empujar su plato de postre hacia el hombre. - Tenga un poco de mi pastel. Mi mamá dice que compartir es bueno.

El profesor le sonrió a la pequeña, enternecido por su acción, y luego, levantó la mirada hacia mí con ojos llenos de orgullo.

- No sería correcto quitarte tu pastel de la victoria. - contestó el profesor. - ¿Pediría otro pastel conmigo, señorita Jung? A nuestra edad, tanta azúcar no es buena.

- ¿Me está diciendo vieja? - bromeé, intentando controlar mi risa.

- Claro que no, se ve bastante joven. - se defendió, llevando su mirada hacia el techo por unos segundos. - Debe tener unos... ¿24? - yo asentí. - Es más joven de lo que yo soy.

- ¿Cuántos años tiene, profesor? - quiso saber Ye Rim, antes de darle otro bocado a su pastel.

Parecía contenta de ver la interacción entre su profesor y su madre. Distinta la Ye Rim que había desconfiado de mi relación con Mark.

- Tengo 28.

- Usted tampoco es viejo. - le dijo la niña, echándose a reír. - Ninguno de los dos lo es. Así que coman todo el pastel que puedan.

- Ye Rim-ah, eres muy sabia. - replicó el profesor, antes de llamar a la mesera. - ¿Va a aceptar mi propuesta, señorita Jung?

- Ya lo dijo Ye Rim, hay que disfrutar de todo el pastel que podamos.

Una sonrisa complacida se mostró en el rostro del profesor, una que no le había visto todavía, y luego de asentir, volteó hacia la mesera y ordenó una porción de pastel más para nosotros dos.

x

Ye Rim se quedó dormida en el asiento trasero del auto de su profesor, mientras regresábamos a nuestra casa. A pesar de la increíble cantidad de azúcar que contenía el pastel que comió, su cuerpo se había quedado sin energía por todo el esfuerzo físico que había hecho en la mañana.

- Muchas gracias por traernos, profesor. - dije, mientras me quitaba el cinturón de seguridad. - Y también por compartir con nosotras esta tarde.

- No tiene por qué agradecer. - se apresuró a decir, antes de girar hacia Ye Rim.

- Será mejor que la lleve a su habitación - susurré, pasando el asa de mi bolso por mi brazo.

Abrí la puerta de mi lado del auto con cuidado de no hacer mucho ruido y bajé para poder cargar a Ye Rim. Ella dormía con una sonrisa en el rostro, parecía estar soñando algo hermoso, y eso me hizo detener para poder observarla de esa forma unos segundos más.

- Señorita Jung. - susurró el profesor a mi espalda y con cuidado, logró introducir la mitad de su cuerpo al asiento trasero para tomar a Ye Rim entre sus brazos.