24.

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- ¿Ya no me quieres? - preguntó Ye Rim, con los ojos llenos de lágrimas. - ¿Hice algo malo? ¿Te hice molestar? 


El dolor que sentí en el pecho al escucharle pronunciar esas palabras, me congeló el cuerpo y, con ello, las cuerdas vocales. 

Había esperado una reacción diferente al decirle a Ye Rim la decisión que su padre y yo habíamos tomado. Había esperado que estallara, llena de coraje, y comenzara a vociferar lo mucho que me odiaba por hacer una cosa como esa. Pero la realidad fue distinta. Ella no hizo más que llorar y preguntar si el problema era ella. 

Ye Rim se levantó de su sitio en el sofá para lanzarse al suelo, frente a mí, y aferrarse a mis piernas con necesidad. Sentí cómo escondía su rostro en la tela de mis jeans y comenzaba a humedecerlas con sus lágrimas. 

Aquello me hizo volver a la realidad. 


- No pienses por un segundo que no te quiero, Ye Rim-ah. - le dije, poniéndome de cuclillas para poder consolarla con un abrazo. 


La niña se aferró a mi cuello con todas sus fuerzas, aprisionándome para que no me fuese. Eso hizo que mi corazón volviese a contraerse en mi pecho y que buscara la mirada de Jinyoung. 

Él había aceptado acompañarme a hablar con Ye Rim, pero había preferido mantenerse callado por el respeto que le tenía a mis decisiones. 

Jinyoung inhaló aire lentamente, pidiéndome con una sola mirada que le imitara, para luego soltarlo lentamente. 

Respira, casi pude escucharle decir, respira y continúa. 


- Cariño. - la llamé, intentando que me soltara para poder ver su rostro. 


Pero era casi imposible. Ye Rim se había aferrado a mí con todas sus fuerzas, fuerzas que, como ya había comprobado anteriormente, podían ser mayores que las mías. 


- Cariño, te amo mucho. - le susurré, sintiendo un nudo apretarse en mi garganta. - Te amo con todo mi corazón, con toda mi vida. 

- Entonces, ¿por qué vas a dejar que Jonghyun obtenga la custodia? - me reclamó, sorbiendo por la nariz. 


Ese era el momento de la verdad. Tenía que decirle. Tenía que revelar la presencia de la persona que más daño le había hecho. 


- Nos hemos enterado que Hye Joo está de vuelta en Corea. - expliqué, preparándome inconscientemente para lo peor. 


Ye Rim aflojó su agarre lentamente, hasta que quitó sus brazos de mi alrededor por completo y quedó arrodillada frente a mí con una expresión triste y de desconcierto. 


- ¿H-Hye Joo? - preguntó con la voz temblorosa, llena de miedo. - ¿H-Ha vuelto p-por mí? 

- Ella dice que no recuerda nada. - expliqué. - Dice que perdió la memoria en un accidente que tuvo al regresar a Corea. Pero no quiero arriesgarme, Ye Rim, no quiero que vuelva a acercarse a ti y te haga daño. 


Ye Rim asintió con la mirada perdida. Millones de pensamientos parecían revolotear por su mente y deseé con toda el alma poder conocer cada uno de ellos. 

Raising Ye Rim | Park JinyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora