17.

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Ye Rim entró al apartamento primero y sin decir una sola palabra, se fue directo a su habitación y cerró la puerta detrás de ella. Seguía molesta por lo ocurrido en la mañana. Seguía aborreciendo la idea de ver a su padre. Y por mucho que deseaba poder cambiar ese chip en su cabeza, así no funcionaban las cosas.

Tenía que darle tiempo.


- ¿Hablaste con Jonghyun? - preguntó Jinyoung, mientras caminábamos hacia la cocina.

- Sí, le escribí para decirle que Ye Rim no quería verle. - repliqué, sacando vegetales de la refrigeradora para comenzar a preparar la cena.

- ¿Y cómo lo tomó?

- Mal. - respondí, sintiendo aquel dolor punzante en la cabeza. - Todos estos años, pensó que ella nunca había nacido, pero ahora que sabe la verdad, en su mente, hubo un cortocircuito. No estoy segura de qué emoción era la predominante en él, antes de volver a vernos, pero ahora, parece ser la culpa.

- ¿Por nunca haber visto a Ye Rim?

- Por haberle creído a Hye Joo. - repliqué. - Y por haber dejado a su hija en manos de la peor mujer que ha existido jamás.

- Bueno, pero ese no es problema tuyo. - me recordó y, apoyando su espalda en el espacio de la barra de la cocina junto a mí, acercó su mano y la pasó suavemente por mi cabeza, dejando que sus ojos siguiesen su camino. - No puedes controlar cómo el resto de personas se sienten.

- Lo sé. - repliqué, dejando el cuchillo con el que cortaba las verduras, congelado sobre el trozo de zanahoria que sostenía entre mis manos.

- Vamos a dejar de pensar en ello por hoy, ¿te parece? - sugirió, cambiando su expresión a una más amigable, más alegre. - ¿Por qué no cenamos y, luego, vamos los tres al parque? El aire fresco les hará bien a ambas.

- Suena como un buen plan. - repliqué, imitando la sonrisa dulce en su rostro y dejándome embelesar por el hombre que tenía a mi lado.


Había descubierto que Jinyoung podía envolver a ambos en una pequeña burbuja que nos alejaba de todo y todos, por el tiempo suficiente para que me recompusiera y pudiese seguir adelante.


- ¿Ustedes dos son pareja? - preguntó una vocecilla desde la puerta de la cocina, tomándome por sorpresa


Mi cuerpo se sobresaltó involuntariamente y eso bastó para desencadenar un movimiento en falso fatal, uno que introdujo la punta del cuchillo en mi palma y que, por la desesperación, lo hizo trazar una linea por esta.

Un grito de dolor salió por mis labios en el segundo que vi el corte en mi mano izquierda, pero no fue hasta que vi la sangre comenzar a emanar que comencé a temblar.

Sangre. La peor de mis fobias.


- ¡Seon Mi! - exclamó Jinyoung y sin esperar un solo segundo, corrió hacia el lavabo y trajo consigo el secador de platos para envolver mi mano con fuerza.


La sangre salía por montones, tiñendo de rojo el secador y las manos de Jinyoung, que apretaban la zona para intentar detener la hemorragia.

Yo no podía moverme. Mi cerebro no parecía procesar que tuviese una herida tan profunda, mucho menos que la sangre saliese tan rápido.


- Voy a soltarte, así que necesito que tú misma apretes la herida, ¿bien? - pidió Jinyoung, mientras, sin importarle que sus dedos estuviesen manchados de sangre, comenzó a palpar sus bolsillos en busca de sus llaves. - Tenemos que ir al hospital, cuanto antes, para que desinfecten la herida y la cosan.


Raising Ye Rim | Park JinyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora