Raising Ye Rim | Park Jinyoung

28.

- Seon Mi. - escuché por quinta vez a mi espalda. - ¡Seon Mi! - repitió el hombre, antes de tomarme del hombro y obligarme a dejar de caminar.

Giré mi cabeza un par de centímetros, justo a tiempo de verle tomar un par de bocanadas de aire para recuperar el aliento.

Podía pasarlo por alto y dejarme ir, pero no. Él no quería dejar el tema en puntos suspensivos.

- Seon Mi, ¿estás bien? - preguntó, haciendo que arquee una ceja.

¿A él qué le importaba?

- Allá dentro... - continuó, dejando ir mi hombro con un movimiento lento, como el de una tortuga, para llevarse la mano a la nuca y desviar la mirada. - Hye Joo mencionó algo que...

- Sí, Jonghyun, lo dijo. - afirmé, asintiendo con una expresión neutral, aquella que había aprendido del mejor maestro. - Cruzó una línea que no debió haber cruzado y yo...

Yo también lo hice, completé en mi mente.

- Yo hice todo lo posible para que nadie en esa sala se fuera de allí con la idea equivocada. - continué. - Hice lo que dije que haría. Utilicé todas mis cartas para evitar que mi hija vuelva a manos de Hye Joo. Y creo que lo hemos logrado, ¿no es así?

- Aún falta la decisión final. - me recordó, animándose a devolverme la mirada, como un niño regañado. - Pero me preocupa cómo puedas haber tomado lo que...

- Jonghyun. - le interrumpí. - Ese es un tema que ya no te incumbe.

Ambos nos quedamos viendo fijamente. Yo intentaba demostrar fuerza. Él intentaba que yo viese cuánto le seguía importando, cuánto le seguía preocupando. Era una guerra de miradas, una en la que no podía perder.

- ¿Él lo sabe?

Su pregunta me hizo desviar la mirada, dándole terreno para continuar avanzando.

- ¿Por qué no se lo dijiste? - me recriminó en un tono de voz bajo.

¿Por qué le preocupaba eso? ¿Por qué eso y no lo que el tío de Hye Joo había hecho con mi hija?

- Jonghyun, agradezco tu preocupación. Pero, de nuevo, esto ya no es de tu incumbencia. - respondí firme. - Quien sí es de tu incumbencia es Ye Rim. No sé si ella lo recuerde porque ella ya no lo habla con nadie, pero sería bueno que pensaramos en una forma de hacer que supere eso, ¿no lo crees?

- Seon Mi... - balbuceó por unos segundos, como intentando procesar todo.

Su mirada se quedó fija en el suelo, avergonzado por haber tenido que escuchar eso de mí para recién darse cuenta de la importancia de la salud mental de Ye Rim.

- Tienes razón. - murmuró.

- Así es, Jonghyun, la tengo. - añadí.

Y sin dejarle replicar, sin dejarle intentar convencerme de quedarme a debatirlo juntos, hice una breve reverencia a modo de despedida y salí por la puerta principal del Juzgado.

x

- ¿Cariño? - llamó Jinyoung, en cuanto puso un pie dentro de nuestro apartamento.

Escuché sus pasos por todo el pasillo, hasta que llegó a la habitación y abrió la puerta por completo para poder verme. Una sonrisa apareció en su rostro en el segundo que sus ojos cayeron sobre mi cuerpo recostado en la cama de la habitación principal. Y luego de permitirse observarme por un rato, sacó de su maletín una pequeña bolsa de papel.