18.

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El rostro de Jinyoung se tornó de color rojo y tuvo que llevarse una mano a los labios para disimular un poco su expresión. Sus ojos buscaron los míos, pidiendo que le de un poco de ayuda, pero yo solo negué con la cabeza. Él se lo había buscado.


- Profesor Park, parece un tomate. - añadió mi hija, echándose a reír. - ¿Eso significa que sí le gusta mi mamá?


Jinyoung carraspeó un par de veces, intentando recomponerse, y acto seguido, se acomodó mejor en su asiento para poder responder a los ataques de la menor.


- Ye Rim-ah, cuando dos adultos se conocen y notan que hay puntos en común entre ambos...

- Profesor Park. - le interrumpió mi hija, dejando al hombre con las manos suspendidas en el aire. - No voy a enojarme. Solo quiero que uno de ustedes sea sincero conmigo y me diga qué está pasando.


Ustedes. Bien, esa era mi señal para intervenir.


- Cariño, lo que el profesor Park intenta explicar es que...

- Es que sí, sí me gusta tu madre. - terminó la oración por mí, tomándome por sorpresa.


El rostro de Ye Rim se llenó de emoción inmediatamente y comenzó a dar aplausos cortos y rápidos. Parecía tanto o más feliz que el día que ganó su competencia de atletismo en la escuela.


- Eso es un alivio, profesor Park. - dijo ella, mientras yo intentaba volver a tener movilidad en mi cuerpo.

- ¿Por qué? - cuestionó el hombre, ladeando la cabeza ligeramente.

- Porque usted le gusta a mi mamá.


Sentí mis mejillas encenderse en ese preciso segundo y deseé poder salir corriendo de allí. Nunca lo había dicho en voz alta. Nunca lo había admitido. Pero Ye Rim, quién sabe cómo, parecía haberlo descubierto por sí misma.

Jinyoung me dirigió la mirada con una sonrisa iluminando todo su rostro, antes de decir cualquier otra cosa. Quería comprobar que lo que Ye Rim había dicho fuese verdad y mi rostro rojo como un tomate se lo había respondido.


- Lo supuse. - admitió el profesor en un susurro, mientras se inclinaba sobre la mesa para llegar más cerca de Ye Rim. - Tu mamá es un poco obvia.


Mi hija soltó una carcajada estruendosa, sin importarle el resto de comensales, y se recostó sobre mi brazo para estar más cómoda.


- Tal vez. - replicó la pequeña, antes de señalar con su dedo a los dos adultos en la mesa. - Ustedes son bastante obvios.

- Esto me interesa. - intervine, dejando llevar por el ambiente divertido que se había creado en la mesa. - ¿Por qué crees que los sentimientos del profesor Park han sido muy obvios?

- Mamá, creo que eres muy despistada. - me reprochó, señalándome con el dedo índice. - El profesor Park siempre te veía fijamente, aunque hubiesen más personas cerca, y cada vez que estaban en el mismo lugar, buscaba alguna excusa para acercarse.

- Eso no es cierto. - se quejó Jinyoung, fingiendo seriedad con su ceño fruncido y sus labios estirados ligeramente hacia adelante. - No buscaba excusas.

- Sí que las buscaba. - le refutó la niña. - Como el día del bizcocho de banana, en el que fue con mi mamá solo para decirle que le había encantado y que si podía pedirle que lo siguiera trayendo. - el rostro se Jinyoung comenzó a transformarse con cada palabra de Ye Rim y, viéndose expuesto, solo atinó a reír. - Usted no hizo eso con otras madres, solo con la mía.

Raising Ye Rim | Park JinyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora