Parte 5

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Mikey había dormido con Leonardo esa mañana, el primero en despertar fue Leo quién lo primero que hizo fue observar al mínino, su pelaje naranja le recordaba a su hermano, sus manchas cafes en su patitas parecían botitas, cada vez que lo observaba sentía que era tan pequeño y tan indefenso, había algo que le hacía querer cuidar de él, no sabía que, pero algo le impedía dejarlo. Tomó la bandada de Mikey, y la volvió a colocar en el cuello de gato, por el movimiento este se despertó.

- ¿Podrías cuidarla por mí? Hasta que mi hermano aparezca -

(-estoy contigo...pero no lo sabes-) Leo tomó los maullidos del gato como una afirmación.

-Bien, gracias-

Mikey quería reírse, ¿así era como se sentían los animales? ellos te dicen una cosa pero los humanos van y les dicen otra.

- Vamos, hay que tratar de encontrarlo- Leonardo cargó al pequeño y salió, parecía que sus hermanos seguían durmiendo, pasaba de medio día así que su estómago proclamaba comida, entró a la cocina y se detuvo ahí. No había comida servida, estaba tan acostumbrado a entrar y ver a su hermanito con una sonrisa con los platos sobre la mesa.

Mostró una expresión de tristeza que no pasó desapercibido por mikey, pero el mayor lo dijo nada, solo dejó al mínino sobre la mesa y se acercó al refrigerador.

- ¿Quieres un poco de leche?-
(- preferiría un trozo de pizza-) Leo tomó sus maullidos como una afirmación. Tomó un plato y virtio sobre él un poco de leche, lo colocó en frente del gato, pero se quedó quieto, Mikey lo observó, parecía estar pensando.

- Tal vez pueda intentar cocinar algo- dijo después de un rato.
(-¿Estas seguro?-) el minino parecía divertido.
-¿Me estás apoyando?-

Eso le divertía aún más, era cómico saber cómo decía una cosa y su hermano lo interpretaba de otra forma.

Leonardo se giró hacia la estufa, analizó el lugar, revisó los cajones, y entre más observaba Mikey a su hermano más se preguntaba si Leo sabía que hacer.

El pequeño se limitó a observarlo y tomar leche.

(-no deberías hacer e....-) no terminó de decir, Leo acababa de poner un poco de agua al aceite caliente, irremediablemente el aceite comenzó a saltar, y al no saber que hacer terminó tratando de sacar el agua con papel, causando que se incendiaria.

-ahh- exclamó la tortuga al quemarse un dedo, se resignó y apagó la estufa.

(-vaya sí que eres torpe-) si pudiera Mikey se reiria.

Leonardo observó al gato, -Ya lo sé...se que soy un fracasó- y tomó asiento quedando de frente al pequeño, - Es Mikey quien siempre cocina, ....el siempre nos prepara todo- y su semblante volvió a mostrar tristeza. El mayor acarició al pequeño, mientras recordaba a su hermano.

(-Vamos hermano, la práctica hace al maestro-) trataba de animarlo, pero sabía que el otro no le entendería, observó la quemadura en el dedo de su hermano, se alejó un poco de sus caricias para lamer la herida. (-pero trata de no lastimarte-)

Leo al verlo, le sonrió - Gracias-

Mikey estaba en una situación complicada, él fue el primero en alejarse, quería estar solo por un tiempo, pero nunca deseo que esto pasará, una parte de él pensaba que era mejor así, si él verá un gato, no decepcionaría a nadie, no estorbaría a sus hermanos, ya no sería un equipo B, pero la otra parte de él se sentía culpable por ver a su hermano así.

Los pensamientos del menor fueron interrumpidos por la entrada de sus otros dos hermanos.

- ¿En serio estás hablando con ese gato?- preguntó Raphael con fastidió.

- Tienes algún problema?, tu hablabas con Spaiky-

- Spaik era distinto- tratada de defenderlo

-Si, el mismo que nos atacó, por querer hacer equipo contigo-

Raph explotó - por lo menos él me quería y me hubiera defendido de ustedes, tu tienes un gato sucio que solo quiere tu comida- hablaba sin pensar en su palabras.

Mikey se molestó, saltó de la mesa para rasguñar a Raph y después brincar hacia Leo para ser atrapado por él.

- Parece que te equivocaste- habló con clara burla Leo mientras salia de la cocina con Mikey en manos.

Al salir pudieron escuchar los gritos de enojo de Raph, pero Leo no se detuvo por el contrario continuo caminando a su habitación.

Mikey está divertido, por alguna razón le llenó de satisfacción hacerlo, Leonardo lo dejo en la cama y él se recostó de frente a él, sin evitarlo comenzó a reír, Mikey lo veía reír, él no podía hacerlo pero estaba contento, sentía como su cola se meneaba de un lado a otro, giró a verla, es verdad tenía cola, no le había puesto atención antes, como hipnotizado por ella empezó a jugar con esta.

Leonardo después de reír observó cómo el pequeño frente a él jugaba con su cola, coloco su codo sobre la cama y con su mano recargó su mejilla, lo veía jugar, por alguna razón verlo jugar lo relajaba, se quedó observandolo unos segundos más.

- ¿Te gustaría quedarte aquí?- le propuso

Mikey dejó de jugar con su cola para ver a su hermano, se encontraba con sus patitas hacia arriba y su cola en medio de estas, así que lo que hizo fue mover su cabeza hacia la cama para poderlo ver.

Leo al saber que el pequeño lo veía, comenzó a acaricias su pancita con la otra mano - Estoy seguro que Mikey te amaría- medito por unos segundos - ¿Te gustan los secretos?- le preguntó dejando de acariciarlo, a lo que Mikey rodó para poner su patas sobre la cama y verlo mejor.

¿Mikey?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora