Capitulo 6

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Desperto temprano; los cabellos castaños enredados en una coleta y esparcidos por la almohada. Vio su celular y se dio cuenta que aún faltaba para que la alarma sonara; una sensación de felicidad le invadio el vientre.

Estaba nerviosa pero también emocionada. Hoy era el primer día de clases después de las vacaciones de verano. Un nuevo semestre empezaría, y en una nueva universidad.

Se levanto de las cómodas sabanas y empezó su rutina.
Cuando acabo de bañarse y vestirse, fue a la cocina y tomo una manzana que se encontraba en un gran plato con más de ellas. Había comprado un poco de comida ese sábado por la tarde.

_______ suspiro después de comer la fruta y con la mochila en su hombro, el celular y las llaves, salió de su departamento y bajo hasta su coche.

(...)

¿Por qué? Apaga la alarma de su celular y gruñe bajo.
Alonso siempre ha detestado despertarse temprano.

A duras penas se levanta se levanta de la suave y cálida cama que le ruega volver a acostarse en ella y no salir a la tortuosa universidad.

Pero levantarse temprano no le servido de nada ya que cuando estaba listo y tal vez, solo tal vez quiera tirarse a la cama, ya iba tarde.

Genial, primer día después de vacaciones y llegaría tarde.

Agarro su mochila y todo lo esencial, para después salir casi corriendo de su casa y con prisa precavida, manejar hasta la institución.

(...)

Al llegar, muchas personas estaban esparcidas por todos los alrededores. Algunos platicando y otros simplemente en su celular. Eso hizo que ______ estuviera más nerviosa.

Bajo del auto y sacó de su mochila una hoja en la decía que debía ir dirección por su horario. Pero no sabe dónde se encuentra dirección, así que se arma de valor y busca a una persona (de las tantas que hay) que la ayude.

Ve a una chica sentada en una banca y decide preguntarle donde queda la dirección. Se ve amigable, piensa.

— Disculpa — la otra chica la volteo a ver —, ¿Sabes donde queda dirección? Soy nueva aquí.

La amigable chica le regala una sonrisa  y se levanta de la banca.

—Si. Puedo acompañarte, si quieres.

______ sonríe.

— Claro. Y gracias.

Ambas empiezan a caminar hacia la gran puerta de la universidad.

— Oh que descortés soy — eso hace que ______ se detenga y la mire —. Me llamo Abigail, pero puedes decirme Abi.

— Bueno, un gusto Abi, soy ______.

— Luisa — repite con una sonrisa —. Pues bienvenida a–

No termino de hablar porque un chico le tapo los ojos. Al parecer sabía quien era o algo así, no se inmutó y solo sonrió.

— ¿Adivina quién soy? — hablo el chico desconocido.

— Bryan, ya se que eres tú.

El chico de cabello alborotado la suelta y Abi ríe.

— Mierda, siempre sabes y nunca logro asustarte — pero calla al ver a ______. — Ella es...

— Mira Bry, ella es ______; es nueva y la iba a llevar a la dirección.

— Un gusto, ______.

Extiende la mano y el chico, Bryan, la toma.

— Igual, pero yo me llamo Bryan.

Se confunde y al parecer Abigail lo nota.

— Perdonalo a veces es medio lento, pero así lo amo y queremos todos.

— Oh — ríe —. Okey, supongo.

— Bueno, adiós Bry. Nos vemos después.

— Adiós amor. Adiós chica.

Agita la mano y se acerca a dejar un beso en la boca de Abi. Para finalmente irse.

(...)

— Aqui es la dirección — Señala una puerta marrón.

—Gracias por traerme, Abi.

—No hay problema, te espero aquí — y se sento en una banca que estaba algo cerca de la puerta.

______ asiente y camina hasta aquella puerta. La abre y entra, dirije la mirada hacia una señora detrás de un gran escritorio y camina a ella.

— Disculpe, me podria dar mi horario de clases. Por favor.

— Claro, ¿su nombre?

— ______ Anderson.

Ve como la señora teclea algo en su computadora y después de unos minutos escucha el familiar sonido de la impresora. La secretaría le extiende una hoja.

— Gracias — murmura, agarrando la hoja.

— De nada.

Sale de dirección y ve a Abi aún sentada en la banca. Se encamina a ella. Al llegar, Abigail parte rumbo y ella la sigue.

— ¿Y para que estudias? — pregunta Abi, caminando a su lado.

— Licenciatura.

— ¡Genial! Yo enfermería. Y queda aún lado de licenciatura.

— Que bien, así me podrias llevar a donde esta — dice riendo.

— Sí, vamos.

Cuando iban a dar vuelta en un pasillo, alguien que iba corriendo, choca con ______ y ambos terminan en el suelo.

¿Acaso todo el mundo me quiere tirar? Piensa _______.

— Perdón — susurran a su lado.

Ella lo ve y, Dios, el mundo es muy pequeño. El castaño de la cafetería. Ese mismo chico se encuentra frente a ella.

— No te preocupes — logra decir.

Abi ayuda a _______ a ponerse de pie. Ve como el castaño también lo hace.

— No, es mi culpa. Lo siento mucho.

— Ya. No hay problema.

Alonso asiente con la cabeza y se despide con una sonrisa tímida. ______ se queda viendo por varios segundos por donde se acaba de ir.

— Hey, tierra llamando a ______, tierra llamando a ______, repito.

— ¿Ah?

— Que vamos a clases. Se hará tarde, mujer.

_______, aún con la cabeza por las nubes, asiente y camina junto a su nueva amiga.

Una amiga y una extraña coincidencia.

Hilo Rojo; Alonso VillalpandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora