Todo había vuelto a la normalidad después de la reconciliación de la pareja esperada del grupo. Habían transcurrido unas semanas desde ese arreglo de diferencias, y con ello, la rutina. Era lunes, a escasos días de dar inicio a sus vacaciones de invierno, por lo que Chan esperaba en la entrada de la universidad, cabeceando al ritmo de la música. Se había convertido en un hábito, salir de casa un cuarto de hora antes, para encontrarse con Felix. No habían establecido un acuerdo en ello, simplemente, al día siguiente de haber aclarado todo lo ocurrido, ambos fueron tiempo antes al centro a causa de los nervios. Y así, se habituaron a ello.
— ¿Llevas mucho tiempo esperando? — alguien se había encargado de descolgar el auricular derecho de su oreja, permitiendo una escucha clara de esa voz tan distintiva. Chan no tardó en girarse y abrazar al omega.
— Pensaba que me saldrían canas de tanto que tardabas — sonriente y burlesco, el rubio se despegó del contrario, aún con sus brazos tras las caderas del mayor.
— Prefiero a Chan con canas que a Chan calvo — con el mismo tono, Felix le dio un beso en la frente. Permanecieron embobados unos minutos, únicamente compartiendo respiración. Con parsimonia, aproximaron sus narices, permitiendo un leve roce, que provocó una risita en ambos — Deberíamos de aprovechar el tiempo que nos queda para pasar apuntes.
Al escuchar aquello, Chan no tardó en rebuscar el teléfono del contrario en su pantalón —. Con lo que te has tardado, nos quedan menos de nueve minutos — retornó el aparato en su bolsillo trasero, dejando descansar sus manos en sus glúteos —. En esos minutos, te dará tiempo a sacar la libreta y escribir una mísera palabra.
— ¿Por qué lo has tenido que buscar en mi móvil? ¿Y si me estaba hablando mi amante? — copiando las acciones del contrario, posicionó sus antebrazos contra los hombros. Paseando sus dedos sobre la nuca, acariciaba la parte oscura, que perdía su castaño artificial, dejando las raíces relucir.
— Pues le hubiera respondido por ti — ignorando a la gente que comenzaba a cruzar las puertas del recinto, guío a Felix hacía las vallas. Sus manos subieron hasta la cadera del omega, creando un recorrido de cosquillas que le ayudó a posicionarse entre sus piernas —. ¿Cuándo quieres reunirte con ese amante tuyo? ¿Le digo que después de las dos estás libre?
— Me harías un grandísimo favor, aunque no se lo digas a mi novio — el rubio escondió su sonrisa en el cuello del pálido, aprovechando a besar la piel nívea del mismo. Lentamente, comenzando su tortura. En cierto modo, quería ocultar la vergüenza que le había nacido del estómago al pronunciar "mi novio".
— Tranquilo, tu secreto está a salvo conmigo — Chan permitió un libre alcance, torciendo su cabeza hacia un lado. Mientras tanto, se dio el placer de disfrutar las caricias, sin importar las miradas de disgusto de algunos. Era lógico por el panorama que estaban ofreciendo; no obstante, no le podía importar menos. No tardaron en juntar sus labios en un fogoso beso, expectantes a los suspiros del otro.
Usualmente, sus primeros encuentros tenían la función de despertarse, aunque hacían uso de bromas ligeras, burlándose del contrario. A pesar de sus inocentes inicios, por cada día que pasaba, la distancia se reducía. Al principio se robaban castos besos que consistían en un leve choque de belfos; después le siguieron las caricias, para acabar en todo lo que estaban haciendo. Había sido una suerte que no acabaran manteniendo relaciones delante de todos.
— ¡Por Dios, chicos, no hagan esto de buena mañana! ¡Están en un espacio público! — tanto Seungmin como Hyunjin cubrían los ojos de Jeongin, horrorizados —. ¿No se preocupan por el trauma que le pueden provocar al pobre Jeonginnie?
Se separaron a regañadientes, aun respirando de manera irregular y con los labios notablemente hinchados, sin atender a todo el tiempo que habían estado besuqueándose. Chan se descolgó la mochila para cubrir su creciente erección, algo que causó la contagiosa risa de Felix.

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Too Sweet -ChanLix-
Fiksi PenggemarFelix padece una situación un tanto peculiar. Desde siempre le habían hecho saber que su olor no resulta agradable como el resto de los omegas, su olor es fuerte, ácido, y eso hace que la mayoría de sus conocidos se alejen de él en cuanto entra en s...