Cap 25 - Volvió

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Alejandro:

Hice la pregunta necesaria, pero el miedo o vergüenza no la dejaba hablar y continuo fingiendo.

- No se a que te refieres muchacho...

- Mamá, una mujer ha sido declarada culpable de asesinato y sí, ella está enferma, pero ahora recordó y si hubieras visto el dolor que sentía al hacerlo. Me juró, o más bien te juró a ti, que ella no lo mato y yo le creó.

- Siempre he sabido que ella no fue, en ningún momento he dudado..

- ¿Porqué? Habían pruebas, la pistola tenía sus huellas y las fotografías... - interrumpió Francisco

- Ella lo amaba...

- ¿Y lo dices así de tranquila? ¡Era la amante de su esposo! ¿Cómo la puede justificar?

- Aunque fuera mi esposo, yo sabía de su amor. Ellos se amaron desde niños y todos junrábamos que se casarían algún día y así hubiera sido, si no fuera porque la obligaron a casarse - me volteó a ver - con tu padre. Yo la vi después de lo sucedido, me dijo que la estaban acusando de matarlo, pero me juró que no era cierto y yo le creí...

- No entiendo, no me cabe en la cabeza que estés tan tranquila, que aceptes su engaño así como si nada - dijo esta vez furioso

- Por favor mamá, ella me preguntó si mi bebé era de..

- ¡Basta! Para que remover el pasado

- Porque necesitamos saber la verdad...yo necesito saber la verdad. No te das cuenta que si mi tío Ramiro es parte de esta farsa, necesito saberlo. Amo a Alejandro mamá, no te lo voy a negar. Él es todo para mí, pero no es solo por él o por mí, es por el bebé...

- Y si así fuera ¿Te juntarías con él? ¿Formarias una familia, aún siendo el esposo de tu prima? ¿Serías su amante? Porque tú sabes muy bien, que tú tío jamás permitiría un divorcio en la familia.

- Maldita sea mamá, me vale mierda lo que ese señor tenga que decir - me senté a su lado y acaricie su espalda

- Tranquilizate por favor - pedí, al ver como temblaba

- No, no puedo tranquilizarme Alejandro. Mi hijo merece un hogar, ya sea conmigo o contigo y María, pero un hogar lejos del odió...

- No lo digas...

- Lo inevitable está por llegar - sus ojos se llenaban de lágrimas y los míos ya no las podían contener más - cada día lo siento más cerca....

- ¿De qué hablas? - la interrumpió su madre.

- A que me estoy muriendo mamá.... A qué mi enfermedad empeoró y ya no me queda mucho tiempo. Gracias a este bebé, es que aún estoy aquí, él es el me ha mantenido con vida todo este tiempo y quiero dejarlo en un hogar estable cuando me vaya- llevó sus manos a la boca y un lamento desgarrador salió de su garganta - no mamá, por favor. En este momento necesito fuerzas y verte quebrar solo me debilita a mi.

- ¿Porque no me dijiste algo?

- Quería verte feliz y quería ver tus ojos llenos de amor, no de pena y dolor. Ahora quiero que entiendas que si te lo dije, es porque necesito la verdad. Creo saber algo, pero quiero escucharlo de tus labios.

- Ferna...

- Mamá, el señor de la Garza y mi tío, tienen amenazado a Alejandro con hacerle daño a su mamá y a mí. Ahora dime tú a mí ¿Cómo voy a poder defender a mi hijo de ellos, si no sé la verdad? Te juro que no te juzgaré..

- ¿Bueno de qué verdad hablas? Desde que llegaste no has hecho más que preguntar eso y ¿Porque la jusgarías?

Sabía tenía pena, el hecho que se hablará de sentimientos hacía otro hombre que no fuera su esposo o de amoríos escondidos, era humillante para ella.

Con la luna de testigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora