Quise hacer este capítulo en la persona de Ramiro, porque quien mejor que él, para dejarnos saber lo que existe en su corazón y lo que sentirá al saber la verdad de sus hijos.
Ramiro:
Me sentía furioso, al saber que el desgraciado de Alejandro se estuviera burlando de Fernanda. Era bien sabido que no amaba a Maria y ella misma estuvo dispuesta a contraer matrimonio con él, sabiendo que no existían sentimientos de por medio. Es una mujer ambiciosa y anhela una vida llena de lujos y poder, incluso esa ambición la ha llevado a creer que lo ama.
Si no la conociera como la conozco, yo también lo creería, pero ella no ama a nadie más que a si misma. Me duele saber que clase de mujer he creado, pero es todo lo que tengo y no hay nada que le pudiera negar.
Fernanda por su parte es una niña dulce e inocente, la cual es muy fácil de engañar. Es sencilla y ha sido presa fácil, porque al fin de cuentas es mujer y se dejó deslumbrar por los lujos que ese desgracia debió ofrecerle. Yo la eduque como si fuera mi hija y por Díos que daría todo porque así lo fuera. Así hubiera sido, si el desgraciado de mi hermano no se hubiera aprovechado de Adela al yo desaparecer. Siempre creí que cuidaría de ella, porque así se lo pedí cuando me fui al norte, pero nunca imaginé que lo haría haciéndola su esposa.
Aún podía escuchar las palabras de Francisco, al decir que ese niño que esperaba era de Alejandro ¡Era un desgraciado y pagaría por ello! Me preocupaba bastante la condición en la que se encontraba Fernanda y juro nada me separaria de su lado, de no ser por ese desgraciado. Porque si lo tengo frente a mi, lo mato. ¿Porque dijo Adela que se estaba muriendo? ¡Ella no podía estar enferma! Pero lo que más me enfurecía , era que el hospital no me quisiera dar información de su salud.
Las horas pasaban y nada, estaba dispuesto a ir personalmente a verla, cuándo sonó el timbre de la puerta. Era Adela y el miedo no se dejó esperar, al verle el rostro roto. Mi Corazón automáticamente se aceleró.
- ¿Qué sucede, Fernanda está bien?- Pregunté preocupado y le di la entrada. Esta no era la primera vez que ella venía a verme, en realidad, nuestros encuentros eran muy seguidos. Yo amaba a esa mujer y de no ser porque el pueblo en el que vivía era muy chico y corrían pronto los chismes, ya la hubiera hecho mi esposa.
Mi casa estaba ubicada a las afuera del pueblo, algo que hice con el propósito de que nos pudiéramos ver sin miedo a ser descubierto. Llevábamos años haciéndolo y cada vez que la veía parada en esa puerta, no había nada más en el mundo que deseara, que tenerla entre mis brazos. Ella fue mi amor de niños y seguirá siendo el amor de mi vida hasta que me muera.
- Necesitamos hablar- dijo nerviosa y se dirigió al sillón.
- ¿Que sucede? ¿Vienes a explicarme como demonios permitirse que Fernanda se enrredara con ese desgraciado?
- No, no vengo a hablar de él... Si no de mis hijos.
- ¿De tus hijos? Son unos mal agradecidos, una metiéndose con el marido de su prima y el otro solapado todo. En vez de protegerla, de ver por ella, tal parece que se la está ofreciendo.
- Si no te diste cuenta, Fernanda ya mero se alivia, así que cuando quedo embarazada de él, aún no se casaba con tu hija. Pero no vengo a hablar de eso, porque ni yo lo sabía, hoy me enteré tambien.
- Pero es que no entiendo como puedes estar....
- ¡Basta Ramiro! Necesito hablarte de algo muy importante, algo que te he ocultado por años y de lo cual hoy se enteró Fernanda cuando fue a ver a Renata
Temblaba y eso me preocupaba más que sus lágrimas, porque había razón por ellas ya que su hija se encontraba hospitalizada.
- ¿Qué sucede? Me asusta tu actitud ¿De qué se enteró Fernanda?
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Con la luna de testigo
Romance¿Que estarías dispuesto a dar por amor? Alejandro Hidalgo, hombre de negocios quien creía tenerlo todo, dinero, mujeres, poder y libertad. Puede perderlo todo, si no obedece a una clausula del testamento de su padre. Debía casarse con una mujer desc...