Fernanda:
Era la hora de la verdad y me sentía mal por Alejandro, pero él tenía derecho a escucharla. Entramos al cuarto y la verdad se veía muy mal, dudaba que saliera de esta para decir verdad.
Volteo a ver a mi madre y le extendió la mano, la cual ella inmediatamente tomó entre las suyas. Lo amaba, se podía ver en sus ojos y me dolía su pena.
- Les diré la verdad aunque me odien, pero necesito sacarlo de mi pecho - respiro profundo
- Desde el principio - dijo Francisco
- Cuando conocí a Adela éramos unos niños, pero aún así me enamoré locamente de ella. Renata era la novia de Santiago y mejor amiga de Adela, así que ellos nos ayudaron para que nos viéramos a escondidas. Cuando su padre se enteró de lo nuestro, le prohibió que me volviera a ver. Según el, yo no tenía en que caerme muerto y era verdad, así que decidí irme al note a trabajar. Le prometí que pronto volvería y juré darle una vida de reina, pero cuando volví ya estaba casada con mi hermano.
- Tardo cinco años en dar señas de vida, si decía ámarla tanto ¿Por que no la llamó? La dejo sola y embarazada- dijo mi hermano furioso.
- Yo no sabía que estaba embarazada, de haber sido así nunca me hubiera marchado. Cuando me fui, iba lleno de sueños e ilusiones, le pondría el mundo a sus pies, pero en el camino a la frontera, el camión fue asaltado por una banda de narcotraficantes. Nos amenazaron con matarnos a todos y la única salida con la que contábamos era unirnos a ellos. Si aceptábamos, nos haríamos de una fortuna fácil y más importante aún viviríamos. Fueron preguntando uno por uno y los que no aceptaban, los mataban en ese mismo momento. El miedo y la codicia me obligaron a aceptar y cuando nos fuimos, quemaron el autobús. Así que por eso me creyeron muerto, pero no podía hacer nada al respecto. Estábamos incomunicados...hice muchas cosas horribles, pero logré ganarme la confianza de los de arriba y hacerme una enorme fortuna.
Mi madre jaló su mano y cayó sentada en la silla. Las lágrimas corrían por sus ojos al saber la clase de hombre que se había convertido el hombre que amaba, o tal vez de dolor al saber por todo lo que tuvo que pasar.
-Cinco años pasaron y les pedí que me dejaran volver a mi casa y aceptaron con la condición que haría crecer su territorio. Cuando volví y me enteré que mi hermano había convertido a mi mujer en su esposa, enloquecí. Conocí a de la Garza y vi su odio y deseos de venganza y supe que el me ayudaría a crecer el territorio. Todos creerían que el era el cabecilla de todo y yo llevaría un perfil bajo, nadie duraría de mi.
Cuándo me enteré que su madre esperaba otro hijo, me alejé y deje que fueran felices. Sin embargo un día la vi con el labio roto y mi odio por él creció. Me detenía a no darle una paliza, por respeto a mi padre que se encontraba mal, pero moría por darle su merecido.
Los años pasaron, yo me casé con la madre de Maria en el intento de olvidarla y fue cuando nació ella - sus ojos se llenaron de lágrimas. - Ella era lo único limpio que tenía y quería darle el mundo, pero no podía dejar de amar a su madre. La espiaba... me conformaba con verla de lejos, pero una de esas tardes cuando regresaba a mi casa, vi a Santiago besarse con Renata. Los investigué y me di cuenta que llevaban tiempo haciéndolo. Se veían a la misma hora tres veces por semana, justamente los días que su esposo iba a la cantina. El odio se apoderó de mi ¡se atrevió a quitarme a mi mujer y a engañarla con la mujer que lo dejo por otro!
¿Una tarde me percaté que llevaba su rostro golpeado y no era la primera vez- mi madre bajo la cabeza apenada - ¿El perro se atrevió a lastimar a la mujer más dulce del mundo? Me dirigí al lugar en el que se encontraba con Renata y lo enfrenté, le exigí que la respetara. Me insulto y dijo que el hacía lo que le daba la gana y yo no era quien para meterme. Se expresó de una manera degradante de ella, hasta me la regalo, como si de un objeto se tratara.
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Con la luna de testigo
Romans¿Que estarías dispuesto a dar por amor? Alejandro Hidalgo, hombre de negocios quien creía tenerlo todo, dinero, mujeres, poder y libertad. Puede perderlo todo, si no obedece a una clausula del testamento de su padre. Debía casarse con una mujer desc...