Los Herederos de Merlín

Secretos

Elizabeth abrió los ojos y se encontró en un campo lleno de flores, parpadeó un par de veces, la luz que había en el lugar la había cegado un poco, cubrió con una mano sus ojos mientras estos se acostumbraban a la luz.

Era un prado precioso, había flores de diferentes variedades y colores, estaba rodeado de diferentes árboles que parecían tocar las nubes, se levantó confundida mientras veía que llevaba un hermoso vestido blanco, sintió su cabeza y parecía tener una corona de flores, estaba descalza, pero cuando empezó a caminar sentía que flotaba por el lugar, observó que a la distancia había un arroyo y se sintió atraída hacia ese lugar.

-¿Cómo he llegado aquí?- Se preguntó a si misma mientras caminaba.

Intento recordar que había pasado antes de despertar… lo recordó parcialmente, había estado en la primera prueba del torneo con James, todo había salido bien hasta que recordó el miedo… recordó a los dementores.

Había leído en varios libros que eran las  criaturas más horribles que había en la tierra, que te quitaban toda la felicidad y te dejaban solo con tus peores temores… nunca imagino encontrarse tan cerca de uno… y menos en Hogwarts, pero se había encontrado con ellos y esas horribles criaturas le habían hecho recordar el evento más traumatico de su vida.

Su mente parecía haber bloqueado ese pequeño instante en el que había visto a las personas que habían asesinado a sus padres, siempre que intentaba recordar solo aparecían en su mente las imágenes de sus padres siendo asesinados mientras ella veía de espaldas a esas personas, pero los dementores al momento que se había acercado a ella la habían hecho sentir completamente desdichada, aterrada y desesperanzada, justo como se había sentido en el momento que había visto morir a sus padres y eso pareció ser un detonante para que recordará.

-¿Por qué mis padres?- Se preguntó mientras miraba su reflejo en el arroyo.

Esa pregunta había rondado su mente durante años, cada vez que se acercaba el aniversario de la muerte de sus padres sentía la necesidad de resolver esa pregunta, caminaba al ático, donde se encontraban las cosas de sus padres y comenzaba a revolotearlas sin que sus hermanos se dieran cuenta… pero nunca encontraba nada y el vacío en su corazón aumentaba. Siempre había sido fuerte por sus hermanos, no importaba que tan mal se sintiera, no lo demostraba, desde que llegaron al orfanato y su hermana estaba aterrada había tomado esa postura, debía de ser fuerte para que ellos fueran fuertes, pero ahora sus hermano habían crecido, cada uno había formado su carácter y ya no tenía que ser fuerte por ellos.

-Ellos han crecido bien ¿No?-  Elizabeth miró el reflejo de la persona que le hablo, sintió su corazón detenerse por unos momentos, se giró para verla y por primera vez fue consciente de que debía estar soñando, pero cuando le toco el rostro, su toque fue tan cálido que la hizo dudar -Has crecido bien mi dulce niña-

-Madre- Habló Elizabeth con un hilo de voz, era como ver su reflejo, como sería ella a los treinta años, siempre había notado en las fotografías que su madre era parecida a ella, pero mirarla con esa expresión de paz y juventud en su rostro la hizo percatarse más de su parecido.

-Mi pequeña- Su madre la abrazó y sintió una ola de calidez recorrer su cuerpo, ella había perdido el habla, estaba impactada -No tengo mucho tiempo- Terminó el abrazo mientras la miraba a los ojos -Hay algo que debes saber sobre mí-

-Mamá- Fue lo único que pudo decir -¿Esto es real?- Su madre sonrió de lado.

-Yo no era una muggle- Elizabeth sintió un golpe en el estómago -Era una squib- La miró a los ojos y sintió que estaba viendo el mar a través de ellos -Mis padres nunca hablaron mucho de nuestra familia, al ser squib pensaron que conmigo el peligro había terminado, pero estaban equivocados, el legado no termino conmigo, solo comenzó-