Evan había vivido toda su vida dominado por su madre, se había acostumbrado a ser humillado, despreciado y maltratado por ella, él no sabía lo que era el cariño hasta que nació su dulce hermana. Su hermana llegó al mundo cuando él tenía aproximadamente año y medio, recordaba vagamente como su madre había declarado que la única razón por la cuál estaba en la isla era pera cuidarla. Cualquier otro hubiese odiado su destino y despreciado a esa criatura que le obligaban a cuidar, pero él no lo había visto de esa manera.
Su hermana era amable por naturaleza, a pesar de nacer en ese ambiente hostil siempre lo había tratado con amor y respeto, lo cuál solía enloquecer a su madre. Ella querría que su hermana fuese tan dominante e intimidante como lo que era ella, pero su hermana era una criatura introvertida que cualquier acto ruin la entristecía.
Él se había prometido sacarla de allí en cuanto fuese posible, pero necesitaba tiempo y entrenamiento. Su madre no había sido tonta, le había enseñado toda clase de maldiciones así como pociones mortales, pero no le había enseñado como escapar de la isla, ella era la única que tenía el poder de permitir entrar y salir a las personas, en un futuro cuando ella estuviese a punto de morir pasaría este conocimiento a su hermana.
Pero él no podía esperar tanto tiempo.
Su madre había revelado la misión de su familia cuando su hermana cumplió diez años.
Él vio en esto una oportunidad.
Si lograban que Morgana regresase a la vida esta podría liberarlos de su madre, ella premiaría su servicio o al menos eso les había hecho creer su madre.
Él había crecido con historias en contra de Merlín y todo lo que este representaba.
Pero entonces él había ido a Hogwarts.
Hogwarts, un lugar donde los alumnos decías expresiones como "Por Merlín", así como enseñaban sobre la Orden que este había creado, de igual manera instruían sobre lo que Morgana había representado para el Mundo Mágico.
Enseñaban cosas totalmente opuestas a su crianza.
Se dio cuenta que había algo más que maldiciones o hechizos para duelos, se percato que había cosas parecidas a su crianza, pero también personas totalmente diferentes; personas que buscaban la igualdad en el mundo, no peleaban por el poder, que eran leales por propia decisión y no por sometimiento, que respetaban a los demás por quienes eran y no por lo que tenían, que eran amables y amorosas porque les nacía serlo.
Personas como Lucy.
No podía negar que había más personas así en el colegio, el grupo al que más le había prestado atención había sido a los Weasley-Potter, eran un grupo singular. Talentosos y leales.
Demasiado talentosos.
Lucy lo había hecho olvidarse de su misión en primera instancia, el calor que le daba a su corazón lo hacía soñar con cosas imposibles, un futuro con ella.
Cuando observó a Lucy con su familia en la conmemoración de la Batalla de Hogwarts no pudo evitar anhelar una familia como la suya: amorosa y amable, se imagino en un futuro muy lejano con Lucy dentro de esa familia, ella siendo tan cariñosa como siempre era con él así como siendo tan amorosa madre como se notaba que era su abuela.
Él no sabía como expresar sus sentimientos, nunca había aprendido palabras amables, pero Lucy lo entendía, ella comprendía que a pesar de que él no supiera decirlo la quería, aceptaba su conducta; pero no debía olvidar que le había temido, no podía borrar de su mente su expresión de horror, él no había comprendido su reacción en un principio, después de pensarlo demasiado se dio cuenta de las cosas.
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Los Herederos de Merlín
FanfictionMuchos piensan que Merlín ha sido el más grande mago de todos los tiempos, aquel que ayudo a reyes, magos y muggles a mantener el orden de las cosas, a repeler a aquellos magos que creían que los muggles debían de ser esclavos de los magos. El etern...