Los Herederos de Merlín

Situaciones o intenciones

La época que más le gustaba a Lucy en Hogwarts era el cambio de primavera a verano; cuando abril llegaba al colegio se sentían tiempos de cambios: el año escolar estaba por finalizar, la primavera estaba a punto de dar paso al verano, las lluvias disminuían en los alrededores y un hermoso sol iluminaba el cielo.
En días así le gustaba alejarse de sus primos, a pesar de que ella adoraba a cada uno de ellos, de vez en cuando le gustaba alejarse e irse a un lugar sola a dibujar. Desde que era pequeña había adquirido un gusto por el baile y la pintura, su madre la había impulsado a hacerlo a pesar de que su padre decía que eran pasatiempos de los cuales no obtendría ningún provecho, tal vez porque su padre no conocía otro uso para la tinta que escribir largos ensayos o debates sobre temas mágicos, pero ella adoraba dibujar a su familia, amigos y sus criaturas mágicas.

Su padre culpaba a su tío Charlie, decía que él era la principal causa por la cuál ella tenía una pequeña biblioteca de criaturas de todo el mundo (Principalmente de dragones), la verdad es que su tío y ella coincidían en muchas cosas, por algo era su sobrina preferida, pero a diferencia de él no era una mente brillante ni soñaría con llegar a ser premio anual, pero tenía un gusto especial por los animales mágicos cosa que su padre desaprobaba debido a que él soñaba que sus hijas siguieran sus pasos dentro del ministerio y fueran unas “brujas comprometidas” con la comunidad mágica.

Ella solía reírse internamente de su padre, siempre le había parecido demasiado extremista en sus pensamientos y labor, era extremadamente perfeccionista y trabajador, cuando algo se le metía en la cabeza difícilmente lo olvidaba, Molly y su padre eran parecidos, aunque su hermana era más tranquila, eso se debía agradecer a su madre, la cuál era el equilibrio de su padre, más calmada y servicial, más humana.

Ella amaba a sus padres con todas sus virtudes y defectos, sabía que a pesar de no ser la mejor alumna de la clase sus padres estaban orgullosos, aunque su padre sentía más inclinación por Molly, debido a que su hermana pensaba hacer carrera en el ministerio en la misma área que su padre, no porque su padre la hubiese presionado, si no porque Molly quería hacerlo.

Su hermana siempre había destacado, ella y Rose eran las más serias de la familia así como inteligentes, aunque para ella todos sus primos tenían talentos especiales, pero por su calma e integridad sus primas siempre habían destacado en Hogwarts, su primo Albus era igual, pero ella nunca lo había considerado importante, este año había cambiado su mentalidad respecto a él, le había demostrado ser tan inteligente, astuto y buena persona como todos sus demás primos, una parte de ella se sentía mal por haberlo ignorado todos esos años, pero después de lo que le había hecho a Rose y Beth solo podía pensar mal de él.

Su familia era extensa, no podía quejarse de que les faltará variedad, pero a veces entre todo ese mar de personas se sentía sola, en su curso destacaba Rose, en su casa destacaba Molly, la única persona que solía pensar en sus intereses estaba en Rumania y su mejor amiga era compartida con todo el mundo, no es que le molestará que Beth estuviera rodeada de gente, pero a veces quería a alguien que estuviera solo para ella, tanto en confianza como en cariño, tal vez por eso pasaba de novio en novio, necesitaba algo de aceptación y elevación emocional, este año se había planteado no salir con chicos, tal vez divertirse un poco, pero evitar un poco el drama que significaba tener un novio, pero todo había cambiado cuando había aparecido Evan.

Y no es que el chico fuera perfecto, Evan era su polo opuesto: serio, formal, respetuoso, astuto, inteligente, culto y callado; con el pasar de los días habían avanzado en su relación, ya no tenía que adivinar sus pensamientos, Evan se estaba abriendo un poco más a ella, aunque aún sentía que le ocultaba algo, no sabía porque, pero sentía que a veces algo andaba mal, sobre todo cuando su prima (que estaba comenzando a ponerla de malas con su presencia) se acercaba a ellos con una “sonrisa encantadora”.
Evan le gustaba en muchos aspectos, era un completo caballero, tan respetuoso y amable que algunas la desesperaba, pero no podía decir que le desagradaría que la tratara así, de igual manera era inteligente y talentoso, a veces sentía que no demostraba todo su potencial, como si temiera mostrarse al mundo, aunque solía corregir a las personas cuando decían cosas erróneas, parecía como si tuviera una biblioteca en la mente, y agregando un extra a todo eso era atractivo.