Los Herederos de Merlín

Recuerdos

Un año antes del prólogo…

-Mary te dije que debías arreglar tus cosas desde ayer- Elizabeth estaba molesta, cada año desde que habían comenzado a invitar a su hermana pequeña a La Madriguera pasaba lo mismo, estaba cansada y aburrida de esa situación pero a su hermana pequeña parecía importarle muy poco.

-Los señores Weasley vendrán por nosotras en media hora, tengo tiempo suficiente para hacer mi baúl- Contestó Mary tranquilamente mientras lanzaba cosas (sin acomodarlas correctamente) a su baúl.

-No has desayunado, no te has cambiado, ni siquiera te has bañado- Comenzó a enumerar Elizabeth desde la puerta -Y ni hablemos de que te dé tiempo de peinarte- Resoplo molesta -Voy a despedirme de Charlie, procura estar lista-

-¿No me ayudaras a bajar mi baúl como una buena hermana?-

-Claro que no, yo baje el mío sola porque tu seguías dormida, apáñatelas sola- Mary hizo un mohín que hizo sonreír a Elizabeth, la cual giro sobre sus talones y camino fuera de la habitación.

Camino del otro lado del pasillo hasta la puerta final del pasillo, toco un par de veces y entro, su hermano estaba jugando video juegos mientras comía unas frituras, Elizabeth frunció el ceño.

-Charlie, te he dicho que no agarres los controles con las manos sucias- Su hermano intento ocultar la evidencia -Mary y yo nos iremos en unos minutos- Su hermano hizo un mohín tan gracioso como el de Mary -No temas, nos veremos en la estación el King Cross el primer de septiembre- Elizabeth se sentó junto a él -Todo estará bien-

-No tengo miedo, solo estoy nervioso- Hizo una mueca -Mary me dijo que el sombrero seleccionador puede tardar mucho tiempo en decidir a qué casa mandarte, no quiero todas las miradas sobre mí-

-Sí, puede tardar bastante- Elizabeth recordó cuando recibió su carta y los acontecimientos que pasaron después de esto.

En su casa pasaban eventos extraños desde hace años, desde que estaban en el orfanato las cosas parecían salirse de control cuando ella tenía un fuerte sentimiento; a pesar de todas las cosas extrañas que los encargados de la casa de acogida le dijeron a sus padres adoptivos ellos nos desistieron y adoptaron a los tres pero las situaciones extrañas eran verdad y nadie podría encontrar la explicación.

Hasta que a su casa llego el 31 de julio un diminuto hombre con una carta para que ella asistiera al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

-Su hija es una bruja- Había dicho el hombre al terminar su discurso.

-Eso es lo que hago ¿Magia?- Pregunto ella confundida, sus padres se habían quedado mudos y ella quería respuestas -Pero mis padres biológicos no eran magos, creo- Dijo ella confundida ¿Lo eran? ¿Lo habían sido? ¿Por qué no se defendieron del ataque?

-No necesariamente debes ser hija o hijo de un mago o bruja para realizar magia, es algo con lo que naces- El hombrecito parecía encantado de captar su atención, sus padres decidieron hablar.

-¿Cómo podemos estar seguro de que no es una broma o una trampa?- Su madre estaba recelosa.

-Oh si, pruebas, algunas veces lo olvido- Saco un palo de debajo de su singular capa e hizo un pequeño movimiento, todas las cosas de la casa parecían bailar, desde las que estaban colgadas en las paredes hasta las que estaban en el piso, Elizabeth estaba alucinada junto con sus hermanos.

-Yo también puedo hacer cosas raras- Dijo Mary desde las escaleras -¿También tiene una carta para mí?-

-¿Ah sí?- El pequeño hombre la miro extrañado -Eres menor que tu hermana, supongo que el siguiente año regresare por ti- Sonrió abiertamente.