Atrapados

42 5 5
                                    

Las personas manejan la pérdida de manera distinta: algunas se pierden en el dolor, otras sobreviven por el recuerdo y unas siguen adelante. Aunque seguir adelante es decir demasiado ¿Cómo logra saber que has soltado los recuerdos de eso que perdiste? Más cuando se trata de una persona con la que construiste momentos hermosos y cultivaste ilusiones ¿Cómo sigues adelante completamente cuando hay toda una vida que recordar?

Toda una vida que añorar.

Elizabeth se hacía esas preguntas cada vez que visitaba las tumbas de sus padres; otro año había pasado desde que ellos habían sido arrancados de su vida.

Desde que los habían asesinado.

¿Cómo se suponía que no pensará en ellos sin que su recuerdo le diese tanta felicidad como dolor?

Se habían ido demasiado pronto, se los habían arrebatado.

Ella nunca había podido llorarles demasiado, había tenido que actuar de una manera totalmente diferente a la de una niña huérfana, sus hermanos le habían impedido dejarse llevar por la tristeza e inundarse de lágrimas, ellos derramaban las suficientes por los tres. Ella tuvo que enfrentar con cabeza fría todo el proceso de su traslado al orfanato y pensar una manera de mantenerse unidos, todos los días estaba alerta por si alguna familia deseaba llevarse a alguno de ellos.

Solo a alguno de ellos. Tal como sus padres adoptivos habían querido hacerlo.

Ellos solo la habían querido a ella en un inicio, pero los convenció de llevárselos a los tres, cuando llegó a su nuevo hogar no pudo sentirse aliviada o feliz.

Ella se sentía agotada.

Sus hermanos corrían felices a sus habitaciones mientras ella había hecho lo que por meses no había podido hacer.

Lloro toda la noche.

Fue como si todo el peso de la situación la hubiese aplastado, una parte de ella bloqueó lo que había pasado la noche del asesinato de sus padres, pero en sus sueños podía verlo, era su única pesadilla.

¿Cómo podía ella decir que había seguido adelante cuando su pérdida estaba más presente que nunca?

Sangre, muerte, magia.

Tantas preguntas habían surgido en su mente en los últimos meses. Cuando recibió el ataque del dementor sus recuerdos se desbloquearon, como si alguien hubiese retirado una venda de sus ojos y ahora fuera capas de mirar todo con claridad. No sabía porque él dementor la había atacado justamente a ella, pero eso la había llevado a ver más allá y poder saber que la liga de morgana había matado a sus padres.

Después estaban esos sueños, pensó que eran producto de su imaginación, pero sabía que no era así, sus sueños por alguna razón estaban unidos a situaciones que le pasaban en su día a día y aveces tenía el presentimiento que esos sueños eran una enseñanza para que no cometiera los mismos errores que esos famosos personajes; pero también tenía la sensación como si ya hubiese vivido esos momentos.

Ahora se encontraba sentada frente a las tumbas de mármol donde sus padres descansaban, ya no había calidez, solo la frialdad de la piedra. Allí ya no estaban sus padres, solo sus huesos y su recuerdo. Sus nombres escritos en un hermosa caligrafía brillaban con la luz del sol, sus fotos no tenían movimiento como una foto mágica y aún así parecían tener vida propia. La sonrisa de sus padres podía verlas en esas fotos, pero también podía verlas en las sonrisas de sus hermanos.

-¿Qué debo hacer madre?- Le dijo a la fotografía -¿Hice lo correcto?- No se había dejado de cuestionar el haber regresado con Albus, el día de la fiesta se dejó llevar, pero después cuando la mirada del señor Potter cayó sobre ella se cuestionó si había tomado la decisión correcta. Claramente el hombre estaba preocupado, pero ni aún así se había animado a decirle que era lo que él sabía -¿No estaré poniendo a Albus en peligro?- Abrazo sus piernas mientras se acomodaba en la tumba -Tengo mucho miedo- Acepto finalmente -Tengo miedo de perder a alguien más, no quiero... no puedo sorportalo más- Trago intentado calmarse -¿Qué debo hacer? ¿Qué es lo que debo saber? ¿Cómo puedo evitar un desastre?- No obtuvo respuesta, el caliente viento del verano movió su cabello, pero nadie le habló. Respiro profundamente mientras acomodaba las rosas en las tumbas de sus padres. Observó de reojo que Mary caminaba hasta ella.

Los Herederos de MerlínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora