Los Herederos de Merlín

Compromiso

Albus estaba bastante feliz con los acontecimientos del día anterior, sinceramente no había salido con la esperanza de encontrarse a Elizabeth, estaba bastante seguro de que solo sería una tranquila salida familia con la familia de su padre.

Su papá solo tenía una familia de sangre, los Dursley, sus tíos abuelos eran las personas más mal humoradas y aburridas que hubiese conocido, sin embargo, Lorena, la esposa de su tío era de las mejores personas que hubiese conocido.

Su tía era hija de extranjeros y todo lo contrario a lo que seguro sus tíos esperaban que fuese la esposa de su tío. Alegre y divertida, veía la vida de una manera feliz y sin preocupaciones, Chef de profesión, su imaginación era enorme y veía el mundo de una manera diferente a lo que lo vería cualquier muggle normal. Y como si la vida o el destino observase ese hecho hace unos meses había pasado algo realmente espectacular.

Su prima Margaret había hecho magia.

Su prima era risueña y alegre, más parecida a su madre en carácter que a su callado tío, pero tenía algo que la hacía demostrar que era una Evans en escencia. La pequeña era tan peliroja como su hermana, con ojos tan azules como el mar y tantas pecas como el cielo estrellas.

Su pequeña prima había hecho un techo mágico para su perro, resultó que hace dos días había llovido en Londres, su prima había dejado a su perro afuera por error y al darse cuenta había hecho un techo de magia para evitar que se mojara. Su tía lo había visto al preguntarle de que se trataba, algo asustada le había comentado a su tío lo que había visto, pensando que la tacharía de loca, pero su tío se había limitado a soltar una risa y decir "está bien, hay otra bruja en la familia". Le explicó a su tía toda su historia familiar, esa que había evitado para parecer un muggle muy normal, habían llamado a su padre para explicarle lo que había pasado y habían evitado decirle a su tía abuela. Estaba seguro que a su tío abuelo le daría un infarto.

Habían salido a celebrar, por esas fechas los profesores asistían a dejar las cartas a los alumnos y explicarles en lo que consistía su condición, pero ellos ya le habían dicho a su prima todo lo que necesitaba saber.

Su tía había querido ir a ese lugar por su pequeña prima, le gustaba observar a las demás personas cantar y hacer el ridículo, él esperaba de corazón no ser elegido. Su noche cambió cuando observó correr a Mary y Elizabeth que reían divertidas hacia la tarima.

No podía creer la buena suerte que había tenido, su hermana noto de inmediato su mirada.

-Por Merlín- Hablo sorprendida, su madre frunció el ceño.

-¿Qué estás...?- La pregunta de su madre quedó en el aire, observó a Mary y Elizabeth acomodarse arriba de la tarima mientras las dos tenían micrófonos en la mano -Oh- Dijo finalmente con una sonrisa risueña, Mary comenzó a cantar y él no podía dejar de mirar a Beth, la canción era bastante singular, cuando Elizabeth comenzó a cantar sintió como si le estuviese hablando.

Y sólo quiero decirte
Se necesita todo en mí para no llamarte
Y me gustaría poder correr hacia ti
Y espero que sepas que cada vez que no
Casi lo hago, casi lo hago

Un escalofrío le recorrió el cuerpo, la voz de Elizabeth sonaba quebrada y ausente, como si estuviese pensando en algo más allá de la letra de la canción.

Tenía la esperanza de que estuviese pensando en él.

Apuesto a que crees que o seguí adelante o te odio
Porque cada vez que contacta, no hay respuesta
Apuesto a que nunca, nunca se te ocurrió
Que no puedo saludarte
Y arriesgarse a otro 'adiós'