Historia de amor de dos hermosas, talentosas y jóvenes actrices: Bárbara y Macarena, son retadas a interpretar a la primera pareja lésbica en televisión abierta, en uno de los canales más prestigiosos de su país. Cambiando sus vidas por completo.
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Macarena estaba disfrutando de mate, en apacible balcón acondicionado para sus sesiones de yoga y relajamiento en general; sopesando la intensidad de la emoción que sentía por ir a trabajar ese día, estaba consciente de que amaba su profesión, jamás haría nada que no le gustara, por eso se sentía demasiado afortunada por trabajar en lo que ama, pero ese día, su corazón y su mente estaban desbocados en sentimientos de alegría, fuera de lo normal.
Una nueva sensación embargaba cada uno de sus átomos.
Era el inicio de las grabaciones junto con Bárbara, sentía nervios de reflejar en cámara algo indebido, ya estaba muy clara, que ver a su compañera generaba reacciones en su cuerpo que le eran difíciles de manejar, y es que hasta hablar de ella en su ausencia le hacía florecer un aspecto de incontenible felicidad que sus amigas cercanas notaron; también sus padres al llamarla o verla por FaceTime notaban sus cambios al hablar de Bárbara, porque siempre sacaba un tema de ella en sus parloteos.
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Bárbara estaba en su casa en un estado pleno, se alistaba para salir y su pensamiento era sólo: ver a Macarena y disfrutar del primer llamado en el que estarían juntas. Aunque ambas eran muy distintas para expresar sus emociones, la morena no dejaba pasar por alto lo mucho que su felicidad brotaba en ella. Algo nada típico para sí, ya que siempre controlaba las emociones, de modo de mostrarse en su mayoría de tiempo neutral con sus cosas hacia los demás, en su entorno.
Lo cierto es que ninguna dejaba de pensar en la otra, el fin de semana no se pudieron ver, sólo el viernes departieron un café en el canal y se despidieron, cada una por compromisos con sus amigos, familia y eventos varios.
Pensaron que era normal extrañarse, desde que se conocieron eran inseparables, pensaron. Desde que hablaron de lo que sentían estaban mucho más cómodas, se escribían con mucha libertad y cuando estaban cerca las muestras de afecto y las sonrisas aparecían inconscientemente, sólo estando alertas cuando un tercero llegara a ellas. Tenían muy bien definido que esa relación les pertenecía sólo a ambas, no podían dar cabida a nadie, por lo menos hasta que estuviesen definidas en lo que sentías. Así seguía su amistad.
En el set de grabación, esta vez se trataba de exteriores, las dos aprovecharon los descansos para hablar y lo menos que hacían eran ensayar los diálogos, como cualquier otra pareja de actrices a punto de grabar. Para ellas sus ensayos eran en sus casas, y practicaban muy a gusto. Las primeras escenas de ellas juntas ya las habían procesado en privado.
