Perfect Time (Terminada)

Relación

Luego de voltear a buscar a Bárbara y percatarse de lo inevitable: Se había ido y obviamente fue espectadora en primera fila del beso que Ghassan le había plantado, sin oportunidad alguna de ella reaccionar.

Reaccionó y volvió hacia el chico alto y fornido, era un joven veintisiete años, de ascendencia árabe, alto, con barba milimétricamente afeitada en forma de candado; sus rasgos eran completamente de su país de nacimiento. Lo miró fijamente.

—¿Qué te pasa Ghassan? ¿Cómo se te ocurre aparecer así y besarme sin mi consentimiento? –dejó notar su molestia.

—Vamos preciosa –la agarró por la cintura para acercarla a él, ella jadeó, en ese preciso instante un flash invadió su plano visual. Macarena cerró los ojos y se apartó de él.

Ivanna, su amiga se había encargado de tomarles unas fotos, les sonrió y siguió sacando fotos de sus otros invitados, como le era costumbre.

—No vuelvas a tocarme así. –exigió.

—No entiendo, ¿qué te molesta? –preguntó el moreno– He venido a darte una sorpresa y, ¿te enfadas?

—¡Claro que sí! No avisas... y de

—Eh, alto ahí, claro que intenté avisarte, pero no atiendes mis llamadas y me dejaste en visto hace dos semanas...

Macarena estaba pensando en la morena, no podía aguantar más sin hablar con ella. Apenas prestaba atención a los reclamos de él. Necesitaba salir de allí. —Estoy muy ocupada. Y déjame terminar, ¿qué es de que NOVIO? –preguntó enfurecida– ¿Por qué le hiciste pensar eso Ivanna?

—Sé que no le dimos nombre, pero vamos hermosa son ocho meses juntos, mi amor, aunque lo hayas querido tener oculto, Ivanna es mi amiga y acudí a ella para llegar aquí, me urgía verte.

—Ghassan te lo dije muy claro, lo nuestro no era ningún compromiso y tú lo aceptaste, te dejé claro que no quería ninguna relación y TÚ muy bien lo aceptaste, así que no vengas con reclamaciones, y menos a ponernos ¡títulos! –explicó ya a punto de perder la poca paciencia que tenía, su urgencia era otra.

El moreno quedó boquiabierto, el asombro no tenía medida, jamás pensó encontrar esa reacción de quien fuese su pareja, o lo que él asumió como tal. Vio como la rubia buscó su cartera en el mueble y se alistaba a salir, la tomó de la mano.

—Está bien, me parece mejor que salgamos de aquí y hablar en privado. Debo pedirte disculpas. –aseveró.

—No –se zafó del agarre–, yo voy a salir, pero no contigo. He ganado un dolor de cabeza y la causa eres tú. Mañana te buscaré para hablar. –concluyó.

—Pero Mac...

—¡Ah! Y por favor, déjale muy claro a Iv que no somos novios. Nunca lo fuimos, lamento si confundiste todo, pero es asunto tuyo. Fui muy clara para evitar todo esto. Yo te llamaré.