Sinceridad

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Lentamente la recamara de Macarena se fue iluminando, empezaba un nuevo día

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Lentamente la recamara de Macarena se fue iluminando, empezaba un nuevo día. La primera en despertar fue Bárbara, sus parpados dejaron paso a uno de los cuadros preferidos que había tenido la dicha de ver en sus últimos días.

Una apacible Macarena yace dormida entre sus brazos, la mujer más hermosa que había podido conocer en su vida estaba allí con su carita angelical, se veía hermosa pensó, así como en la dicha irrefutable que serpia despertar a su lado día a día, sin dudas, la persona que lo consiguiera serpia muy afortunado, o afortunada... cuando llegó a ese razonamiento cerró sus ojos otra vez y comenzó a pelear internamente con ella, por esas ideas, pero esa idea le generó curiosidad.

Conocía a Macarena, no tan bien como quisiera, pero en ese corto lapso que lleva su amistad, la rubia le había demostrado quien era, con una mentalidad y personalidad adorable, inteligente, jovial, humilde, centrada, respetuosa, sensible, honesta y demasiado considerada con los demás. Aparte de lo hermosa que era por fuera, por dentro supera en creces esa belleza. Bárbara la ha podido conocer y disfrutar, se sentía afortunada.

Volvió a profundizar uno de sus respiros, su cerebro se elevaba al percibir el aroma de ella, estaba tan segura que alegra cada parte de su ser, que no sentía miedo o pena, la inquietud de no saber lo que pasaba con Macarena ya no le asustaba simplemente se limitaba a sentir.

¿Maca, será que a ti alguna vez te podrá cruzar en la cabeza enamorarte de una mujer, o al menos gustarte? Eres tan perfecta..., se lidiaba así con su curiosidad. Ella misma se había hecho esa pregunta cuando conoció a la rubia y supo que iban a ser pareja en la ficción e iba construyendo su personaje. Su respuesta fue una negativa, en ese entonces, pero dudó luego de pensar en la posibilidad de lo que sería tener a una persona como Macarena en su vida. Soltó un suspiro de resignación consigo misma, sus pensamientos se estaban pasando de los límites.

Macarena se comenzó a mover lentamente, al recobrar su conciencia sintió como su rostro se encendía al ver que tenía una buena parte de su cuerpo sobre Bárbara, su brazo sobre el abdomen, su pierna enreda en sus piernas y su cabeza posaba sobre su hombro, se sentía perfectamente bien, sentía como si sus cuerpos hayan sido tallados para encajar de tal manera, podría morir así y estaría feliz, esos pensamientos ayudaron a bajar su sonrojo y pena y la cambió por una sensación de paz que desearía no terminara jamás.

Ella era una persona que amaba su soledad, estaba tranquila y feliz con ella, pero tenerla ahí, definitivamente me encanta, amo sentirla así..., concluyó para sí. Aunque la realidad debía afrontarla y caer a tierra, era inevitable, sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la morena comenzó a acariciar su cabello y sintió como aspiraba de su color, esas acciones le generaron cierta corriente eléctrica a partes, de las que antes no sabía que podían sentirse así.

—Estoy adorando dormir contigo así. –dijo lo primero que pensó, luego imaginándose como se daba una cachetada, pues había cambiado un problema por otro, sus mejillas otra vez estaban encendidas y el cosquilleo que le generó la corriente estaban más exaltados...

Perfect Time (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora