Comprensión

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Bárbara despertó, ya era de noche, según lo que apreciaba del exterior de la habitación, al sentir el cuerpo de la rubia entrelazado al de ella le hizo esbozar una sonrisa de inmediato, se sentía plenamente feliz. La experiencia de la que aun su cuerpo le pasaba cierta factura, por el cansancio, se lo recordaba.

Los recuerdos le invadieron gratamente, su cuerpo sentía los estragos a flor de piel, reviviendo cada una de las caricias con sus besos... sus manos... su lengua... sus dedos... y toda ella. Macarena era una diosa del sexo, la trató con tanta dulzura, tanta delicadeza que las sensaciones extrapolaron sus niveles de placer, ¿conocía siquiera el placer a ese nivel?, llegó a cuestionarse...

Observaba el cuerpo perfecto de la rubia, quería acariciarlo lentamente, retribuirle todo lo que hizo en ella y con ella. Dentro de su frenesí de recuerdos se dio cuenta que Macarena también había llegado al clímax, sin siquiera ella haber participado directamente, eso le alegró, porque, aunque su cuerpo estaba allí, su mente estaba en las nubes, más allá, concluyó luego, pero que la experiencia hubiese sido tan intensa para ambas a la vez le encantó, la hacía vibrar de la emoción.

Sus manos cobraron vida propia, se mordió su labio inferior al sentir la frágil y suave piel de Macarena bajo sus dedos. Su zona de la entre pierna comenzó a palpitar cuando sus dedos bajaron por las curvas de su cintura. Evidentemente Macarena había marcado su cuerpo, sus pensamientos, la llenó a plenitud, las sensaciones eran demasiado potentes y se estremeció al llegar al inicio de su espalda baja. La rubia no se movía, se percató que estaba inmersa en un sueño profundo. Sonrió al recordar los motivos.

No salía de su asombro con las sensaciones que estaban invadiendo su cuerpo, trató de recordar cuándo alguna de sus parejas le hizo sentir todo así, de tal magnitud, aunque sea cerca... algo... No obtuvo respuesta.

Macarena por fin se movió, dando una media vuelta, su espalda quedó sobre la cama. No había forma de pensar racionalmente cuando vio expuesta su parte baja y sus senos, ya que las sábanas apenas la cubrían. Un instinto orgánico se apoderó de Bárbara, ya no era ella, simplemente al ver a Macarena de esa manera, todo a su alrededor pasó a segundo plano, el deseo la dominó.

Lentamente y con el cuidado de no despertarla se separó de ella, y se colocó en medio las piernas de la rubia, sus dedos comenzaron a acariciarla desde la parte de sus pies, ascendiendo con delicadeza, sus ojos no se separaron del centro de la rubia, salivaba recordando como lo que la lengua de ella le había hecho sentir hace unas horas atrás. Temía no llegar a ser ni en lo más mínimo parecido a lo que ella le causó...

Se llenó de valor, bueno su cuerpo tomó el control. Nunca había hecho lo que se decidió a hacer en ese instante, bajó su cabeza para acercarse a la entrepierna de la rubia, esta vez hizo más presión para separar sus piernas. Inclinada ya no lo pensó más se apoderó de la zona, su lengua estaba vagando por su pubis perfectamente depilado con una forma definida, suspiró al sentir el sabor plácido en sus labios, que la inundaron de un mayor deseo.

Perfect Time (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora