𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐈

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El sueño transcurre rápido y no tiene un fin específico. Abro lentamente los ojos, no hay ningún tipo de luz que me moleste ya que las cortinas se encuentran corridas; pero algo me incita a abrir los ojos y mirar mi entorno. James está de su propio lado de la cama, duermiendo tranquilamente.
En la pared hay muchísimos pósters, todos de diferentes bandas. Quizás el cuarto carezca un poco de muebles, pero por otro lado se encuentra bien decorada.

Decido levantarme del colchón pero me entero de que el brazo de James no me lo permite, me rodea fuertemente con él. Sonrío leve y retiro su brazo de encima mío. Hay un pequeño reloj enchufado a la pared al otro lado de cuarto sobre un buró, me pongo una chamarra encima para después caminar hacia el aparato. Tomo el reloj con la mano derecha, tiene unos números en rojo chillante que marcan las 12:30pm. Es muy temprano según el horario de Dave.

Dave.

Dios, comienzo a creer que esa cabellera pelirroja era suya; digo, es lo más probable... Me paso las manos por la cara y salgo de la habitación. No le encuentro sentido a ese sueño, aún siento las manos deteniéndome. Camino con rumbo al baño y enjuago mi cara para despejarme un poco, de ahí me dirijo a mi mochila y saco un par de ropa. Tomo un baño con agua caliente. Salgo y procedo a preparar algo de almorzar. El departamento está hecho un desastre y francamente me da pereza ponerme a recogerlo todo yo sola.

Antes de comenzar a cocinar unos suculentos macarrones con queso -no encontré nada más-, me asomo a las habitaciones de los chicos. Lars y Ron aún duermen. Lars duerme en posiciones raras y tiene la cara llena de baba, mientras que Ron descansa tranquilamente. De ahí me paso a la habitación del colorado. Abro la puerta lentamente, rechina un poco pero no es muy ruidoso. Encuentro la cama vacía. Me acerco un poco más solamente para verificar que el cuarto se encuentra vacío. Me preocupo un poco pero no pienso ir a fastidiar a los chicos con algo que quizás suceda a menudo.

Pongo a hervir 3/4 de agua en una olla. Después preparo la mantequilla y un 1/4 de taza de leche. Vierto los fideos cuando el agua hirve y revuelvo un par de veces para evitar que se pegue. Dreno los fideos una vez que están suaves y los coloco en la olla de nuevo pero sin el agua. Finalmente agrego la mantequilla y el queso que viene en la caja.

Una vez que el almuerzo está listo siento a alguien abrazándome por detrás. Incluso sin tener que girar mi cabeza supe que sería James.

-¿Qué haces, linda? -rodea mi estómago y recarga su barbilla sobre mi hombro.

-El almuerzo, ¿qué más? -ambos sonreímos ligeramente y siento la respiración de James cerca de mí.

-Es genial tenerte aquí, ¿sabes? -revuelvo de nueva cuenta los fideos y siento como me planta un beso sobre el hombro, me doy media vuelta y quedamos cara a cara.

-Es genial estar aquí contigo -James pretende darme un beso, pero la puerta es abierta de golpe.

Dave entra al departamento. Trae una cara difícil de descifrar, supongo que ha estado bebiendo. Eleva la mirada hacia nosotros, James está rodeándome con sus brazos y yo tengo mis manos sobre su pecho. Los tres estamos mortalmente callados.

Quedamos inmóviles y Dave sólo nos mira en silencio. Esa sonrisa se transforma en una línea recta.

-Pasa -su voz es fuerte, más de lo usual, no sé exactamente a quién le habla.

-¿Y ella es...? -pregunta James al verla entrar, siento ganas de morirme cuando la veo tomándolo de la mano.

-Violet -digo indiferente al verla pasar.

-¿Jane?... ¿Este es tu amigo? -me mira fijamente, está aferrada a Dave de un brazo, el chico nos mira sin expresión alguna.

-¿A ti qué carajos te importa, Violet?

-¿Se conocen? -Dave no aparta la mirada de nosotros. Le pego un codazo en las costillas a James quién se dobla producto de sus reflejos y retrocede.

-Sí, viví con ella como dos días -tomo una leve pausa, nadie habla. Suspiro pesadamente y me doy cuenta de que ser grosera con Violet no será útil-. ¿Quieren almorzar?

-¿Qué hay? -Dave habla en un tono seco, él y Violet se sientan a la mesa; uno a lado del otro entrelazan sus manos. A Dave se le nota algo incómodo e indiferente. James toma asiento también y me dispongo a servir los fideos-. Wow, hace tanto no olía algo tan... sabroso -Dave me regala una sonrisa débil y todos comenzamos a comer en silencio hasta que...

-¿De qué hablas, Dave? Parece que sacó esto de la basura -Violet hace una cara de asco con la única intención de joderme.

-Nena, esto no sabe nada mal -James lleva cucharada tras cuchara a su boca.

-Sólo les diré que yo podría haber cocinado esto mucho mejor. ¿Qué tan difícil es? Me ha quitado el apetito -Violet se levanta de la mesa y tira la comida en el cesto de basura -mi tolerancia se agota completamente.

-¡Cabrona hija de la mierda! ¿Qué carajos haces? ¡Si no querías pinches tragar deja el plato allí, aún quedan otros dos por comer! ¡¿Estás pendeja o qué?!

-Estoy segura de que esos dos no querrían comer una porquería como esa -me levanto de la mesa, me pongo a su altura y le regalo una linda cachetada, justo frente a James y Dave.

-Ya tuve suficiente. Me fui del otro departamento porque me cagas y no dejaré que vengas a joderme aquí también. Lárgate. Ya -con el dedo índice apunto a la puerta y arrugo el entrecejo con rabia.

-¡Dave, dile algo! ¡Me acaba de pegar! -se sostiene la mejilla con ambas manos, vaya maricona.

-Luego te llamo... ¿Cómo decías que te llamabas? -Dave ni siquiera despega la mirada de su plato.

-¡Lárgate ya! -llevo a esa cabrona a empujones hasta la puerta. Se rehúsa a dejar el departamento hasta que de una patada recta sobre la espalda la saco del lugar.

Vuelvo a mi asiento y procedemos a seguir comiendo, Ron y Lars aparecen en la cocina atraídos por el olor de la comida.

𝓢𝓪𝓭 𝓰𝓲𝓻𝓵  //  𝓓𝓪𝓿𝓮   𝓜𝓾𝓼𝓽𝓪𝓲𝓷𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora