𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗

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/ /Mary Jane/ /

Voy caminando por las calles mientras siento como si flotara, James me trae loca. Pero hay algo en todo esto que me hace sentir como si hubiese alguien más allí... Alguien como Dave. Lo cual es mil veces peor ya que Dave y James son amigos. Más que eso; son hermanos. Es pasada de la media noche, continúo caminando al departamento aunque desearía tener algún otro lugar para llegar a dormir. Todo marcharía perfecto si no fuera por la idiota de Violet.

Entro al departamento con tanta suavidad como se me permite, al parecer esta noche todas duermen.

-¿Te gustaría explicarme qué fue lo que pasó? -apenas piso la cocina y Violet tiene su reclamo listo. Esto inevitablemente me recordó a mis pasados días con mi tía.

-No tengo nada qué explicarte, Violet -tomo una rebanada de pan y le unto un poco de mermelada. Violet me observa con fuego en sus ojos e ira en sus venas.

-Yo digo que sí, este lugar no se mantiene solo.

-No es mi culpa que tú y Lucy que sean las únicas que trabajen.

-Ese no es tu condenado asunto -Violet se cruza de brazos y suspira con remarcada desesperación.

-No te preocupes, pronto sacaré mi trasero de aquí y me iré a vivir con un amigo.

-Sería la mejor opción.

-Vete al carajo -hablo con obvio desinterés y desaparezco entre la oscuridad del departamento, entro en mi cuarto y lo único que hago es tirarme sobre el colchón el cual yace sobre el piso, desnudo y helado.

Las horas avanzan lentamente, los rayos del sol penetran por mi ventana interrumpiendo así mi profundo sueño. Me levanto de la cama desganada y con pasos pesados. Junto la poca ropa que poseo y la meto en mi mochila. Es aún demasiado temprano como para que las chicas estén despiertas -y con esto me refiero a mediodía- así que nadie notará mi ausencia por ahora. Tomo una servilleta que descansa en la mesa y un pequeño lápiz desafilado que encontré en un cajón y escribo mi inminente despedida. Dejo una pequeña posdata que mejorará un poco mi orgullo ya que en ella expreso lo triste y decepcionada que me siento por el rendimiento inútil de Violet en la guitarra. Con una sonrisa socarrona dejo la servilleta en el medio de la mesa y salgo silenciosamente.

El frío matutino es penetrante, siento que hiela incluso hasta mis huesos, de mi mochila saco la cajetilla de cigarros y un encendedor. Pronto el humo del cigarro entra por mi boca pasando por la garganta para llegar a mis pulmones, saliendo por la nariz. Es invierno y mis dedos se congelan, una vez que mi camino se ha acortado meto mis manos dentro de las bolsas de aquel pantalón viejo y roto. La puerta de entrada es pesada y en la recepción no hay nadie, me paso de largo hasta los elevadores y subo. Llego hasta el piso de James y sigue haciendo un frío inquietante.

La puerta está apenas a metros de distancia de mí, avanzo con un poco más de prisa y respiro hondo para finalizar con tres golpes sobre aquella puerta vieja y despintada. Golpeo de nueva cuenta ahora con un poco más de fuerza y oigo un quejido.

-¡Carajo, qué jaqueca de mierda! -no es ni la voz de James o la de Dave, me recargo sobre la puerta curiosa hasta que siento como ésta es abierta y caigo de rodillas dentro del departamento.

-¿Y esta quién es? -levanto la mirada y me encuentro con los ojos color miel de un chico bajito y simpático, pero con una cara de pocos amigos. No me ofrece ningún tipo de ayuda por lo que me levanto por mi propia cuenta.

-Es la chica del bar de ayer -habla otro chico que recién entra a la sala. Él es más alto que el que abrió la puerta y su cabello es rizado como el mío aunque el suyo es un poco más corto-. ¡James!

𝓢𝓪𝓭 𝓰𝓲𝓻𝓵  //  𝓓𝓪𝓿𝓮   𝓜𝓾𝓼𝓽𝓪𝓲𝓷𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora