𝓢𝓪𝓭 𝓰𝓲𝓻𝓵 // 𝓓𝓪𝓿𝓮 𝓜𝓾𝓼𝓽𝓪𝓲𝓷𝓮

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐋𝐈𝐈𝐈

El penoso accidente con Cliff es dejado atrás con el pasar de las semanas. Él no ha dicho una palabra y yo no planeo hacerlo tampoco. Desde esa madrugada he sentido una cálida cercanía a Cliff, que no es precisamente romántica, pero le tengo mucho afecto.

Por otro lado, interactuar con Dave se hace cada vez más complicado, ya que sólo viene para los ensayos, y aunque se queda a dormir cuando puede aún así no conversamos mucho como solíamos en Los Ángeles. Dave ha empezado a beber más que antes, mucho más. E incluso he llegado a la conclusión de que intenta evitarme. Me da un poco de miedo, porque quiero bastante a Dave y lo único que él quiere tal vez sea dejarme de lado. No sé qué es lo que pasa cuando el vuelve a su departamento. No tengo idea de si se queda ahí o sale a buscar diversión con alguien más. ¿Y si ya hay otra persona? Me enfurece el hecho de que yo pienso demasiado en él y en mí, y él por su parte solamente está borracho y viviendo con ganas los mejores años de su vida.

Casi a diario acompaño a Cliff para recoger a Dave, la mayoría de las veces fumamos un poco de la hierba casera de Cliff, que honestamente es terrible, pero no nos importa mucho. Oímos todo tipo de música, incluso bandas que jamás asociarías con Metallica. Como Lynyrd Skynyrd. Los chicos conversan y yo me acuesto en el asiento trasero, observando los labios de Dave moverse y las expresiones faciales que hace cada vez que habla. Él de vez en cuando voltea en mi dirección con una media sonrisa dibujada, haciéndome sentir que estoy viviendo mis mejores años, justo como él hace.

El ensayo comienza, se extiende hasta la tarde. Cervezas van y vienen. Mark llega con un par de pizzas y comemos como si jamás hubiésemos tenido un buen pedazo de pizza frente a nosotros. El olor amistoso de la comida acaricia mis sentidos. De ahí los chicos ensayan de nuevo mientras yo me hundo en el sofá, arrepintiéndome de haber comido tantos pedazos de pizza, pero sin duda lo haría de nuevo. La música se detiene y los chicos se preguntan acerca de qué hacer con lo que resta del día.

Otra cosa que había olvidado mencionar... James y Leah son ahora novios oficiales.

Leah se ha mudado con nosotros, comparte habitación con James; obviamente. Realmente no me molesta. James me dejó de importar desde que descubrí las cosas que hacía a mi espalda con ella. Y la verdad es que tener una amiga no me haría daño.

La música se detiene mientras que yo me levanto por una cerveza, los chicos comienzan a desconectar sus instrumentos y una vez que han terminado veo a Dave un poco desanimado, se niega callada y despistadamente a irse. De la nada James sugiere que nos demos una vuelta al Mabuhay Gardens, un antro en North Beach, coloquialmente conocido como "Old Mabuhay", instantáneamente nos parece una idea genial, ya que ha pasado bastante tiempo desde que salimos a fiestear como el Señor Dios manda.

Al llegar al establecimiento tenemos que esperar al menos una media hora, ya que aún es algo temprano como para que el bar abra. Cliff y Lars han ido a una tienda de abarrotes que queda cerca por unos paquetes de cigarrillos. Los esperamos mientras conversamos de diferentes cosas, Dave a mi lado, Leah frente a mí y James frente a Dave. Acomodo mi chaqueta y desde el callejón contiguo aparece una chica rubia y baja de estatura, agitando sus brazos en el aire y gritando al tope de sus pulmones.

-¡Me rompió la nariz! ¡Me rompió la nariz! -Leah reacciona inmediatamente corriendo hacia ella. Yo voy detrás de Leah, nos acercamos a un teléfono público para llamar a Emergencias, desde la distancia observo qué es lo que Dave y James hacen.

El pelirrojo sonríe, con un rastro de adrenalina en sus ojos, y la cara que pone James solamente me dice que lo único que atraviesa su cabeza son pensamientos como "Oh, Dios. ¿Qué hará este cabrón loco ahora?".

-¡Vamos, hombre! -Dave toma del hombro a James con la sonrisa aún presente, el rubio no luce muy convencido. De todas maneras caminan con dirección al callejón.