El Conde

55 13 15
                                    

-No puedes hacerme esto-le suplico a mi madre- por favor.

Ella no me dice nada, baja la mirada y termina por guardar la ultima fruta que ha dejado.

-Tendrás suficiente comida, el castillo del conde está a tres dias de aqui, las sirvientas han preparado panecillos.

-¿Acaso no me oyes?, este es mi hogar, no quiero irme de aquí, no quiero dejaros.

-Lette...-dice titubeante.

Deja la canasta sobre la mesa y se detiene a mirarme. Estos últimos días ha estado feliz, por fin su hija a encontrado un marido noble y se le ha notado en su ánimo, ha mandado a hacerme docenas de vestidos nuevos para que según ella deslumbre al tal conde ese, y la verdad es que no me importa ni en lo más mínimo el estúpido conde. Mis padres han cedido a la propuesta, han concedido mi mano a alguien que no conocen y solo porque temen que su hija se quede solterona, no les importa quién sea ni cuantos años tenga, ni donde vive, solo que sea noble.

-Vas a permitir esto, ¡mama!

-Colette-dice mientras se acerca lentamente a mí y coloca un mechón de cabello tras mi oreja- eres mi bebe, tu y tus hermano son lo más preciado que tenemos tu padre y yo, me duele mucho tener que alejarme de ti, pero todo esto es por tu bien , ¿si me entiendes cariño?

-No, no lo hago, si me amaras no me dejarías ir con alguien que no conoces al otro lado del reino, eso no es amor.

-Ese desconocido es tu prometido, es un noble de muy buena familia, será tu esposo-hace una pausa- cuando era pequeña mi padres arreglaron un matrimonio, nunca pense que seria feliz con algo así, yo quería conocer el verdadero amor pero tambien sabia que para tener un buen futuro tenía que aceptar casarme con un hombre que no conocía y así lo hice, me convertí en la reina y tuve cinco hermoso hijos con ese hombre y lo amo.

-Tuviste solo cuatro hijos-la corrijo.

Mi madre me observa con esos ojos de pena de la gente que odio.

-Cinco -vuelve a decir esta.

La puerta del salón se abre, un guardia real entra al salon.

-Su majestad, princesa-dice mientras hace una pequeña reverencia- el carruaje ya está listo y está esperando a la señorita.

Doy un largo suspiro. Tenía la esperanza que después de tantas súplicas desistirian, no me dejarían marchar, que habían recapacitado y que eso de mandarme a vivir con un conde que nadie conoce era una locura. Pero no, ni siquiera cuando el guardia ha dicho que el carruaje está listo para llevarme las cosas cambian, están decididos a dejarme ir.

-Ya es hora.

Niego con la cabeza, realmente no quiero irme, siempre me esforcé para darle el gusto a mi madre y hacer el esfuerzo de encontrar marido, nunca pensé que lo lograría ni tampoco que la hora de partir sería tan rápido.

Mi madre le entrega la canasta con comida al guardia y enseguida sale haciéndome una seña para que la acompañe y no me queda otra que seguirla. En la entrada hay uno de los carruajes, esperando esta mi padre, los gemelos, Maryan, Myrella y...Dylan.

Entre todos el que más me decepcionado ha sido él, cuando supo que me habían comprometido lo unico que salio de su boca fue un "me alegro" , luego se retiró del salón y ni siquiera se ha dignado a hablarme, o mirarme, nada. Es como si ya hubiera aceptado nuestra cruel situación, tampoco puedo culpar, el dia del baile le dije que lo de nosotros había llegado a su fin, porque era así como debia ser y pese a que lo amo, sigo pensando lo mismo, no existe un futuro en que nosotros podamos estar juntos y el , después de mi compromiso, lo ha entendido así.

Princesa sin linajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora