La cena

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Entro a mi habitación y no vuelvo a salir en todo el día.

La confesión de Chad y de la sirvienta me habían dejado perpleja, a pesar de haber conocido a los padres de Gaadriel ninguno de los dos se acordaba siquiera como eran. No es normal, no podía ser posible que ambos tuvieran la enfermedad del olvido.

Estoy sentada en el sillón de mi habitación mirando el fuego que ha prendido Anne en la chimenea, estoy muy cerca de él pero se me ha helado tanto el cuerpo que se me hace casi imposible sentir algo de calor.

"No recuerdo" esas palabras se me clavan cada vez que se cruzan nuevamente por mi mente , pero no es lo único en lo que pienso, la noche anterior una sombra dispuesta a matarme se me había aparecido en el borde de la cama con un cuchillo. Algo muy extraño pasa en este lugar y no tengo idea si es por mi o porque la gente es extraña en sí, pero de algo estoy segura y es que aunque sea huyendo saldré de aquí y por ningún motivo me casare con Gaadriel.

No después de saber lo que piensa de mí.

Si el día anterior había pensado que Gaadriel era descortés ,hoy lo había reafirmado, por más mundana que yo fuese no merecía ese trato , sigo siendo la princesa, la hija de su rey y su futura esposa, el no tiene derecho. ¿Pero por qué se molesto tanto por un cuadro? , ni que fuese el gran pintor de Adelis para tener tanta fe en sus obras, puedo apostar que ha pintado otro de sus ángeles.

Sacudo mi cabeza tratando de disipar sus palabras, ¿se habrá olvidado también el conde de sus padres? , ¿me olvidare yo de los míos?.

Suspiro, tengo impotencia y frustración por no entender nada de lo que pasa en este lugar. Me aseguro de tener las tijeras aún conmigo por cualquier cosa , sé que no debería descuidarme y dormirme simplemente pero no pude descansar la noche anterior y he estado vagando toda la mañana por este lugar, estoy realmente cansada y mi cuerpo me suplica que duerma un par de horas.
Y es lo que hago, me duermo por varias horas.

Unas pequeñas manos me despiertan, abro los ojos asustada y me pongo en una situación a la defensiva de inmediato pero me tranquilizo cuando veo a Anne frente a mí.

-Me asustaste -le digo, con el corazón agitado.

-¿Por qué no estaba durmiendo en la cama? el sillón es muy incomodo.

-No me di cuenta, estaba muy cansada.

La chica se queda mirando la chimenea con el fuego ya extinto.

-El conde la está buscando-termina por decir.

Alzo una de mis cejas. No deseo ver a ese hombre, no después de cómo me trato, no puedo creer que aún sea capaz de querer mirarme el rostro. Quizá no ha terminado de decirme las cosas que piensa de mí y yo no estoy dispyesta a seguir escuchándolo.

-¿Qué es lo que quiere?

-Cenar con usted, la está esperando en el comedor.

Bufo e intento aguantar la risa que me provoca, quizá quiere pedirme perdón pero espero que tenga claro que esas cosas no se perdonan con una simple cena. No quiero bajar, no quiero verle la cara pero tengo hambre y también algo de curiosidad por saber lo que quiere decirme, de todas formas puedo preguntarle por sus padres, quizás el tampoco los recuerda. Tengo que tragarme el orgullo e intentar averiguar un poco más sobre esta situación.

-Iré de inmediato.

Anne asiente y termina sacando una manta de lana para cubrirme sobre los hombros. No me doy cuenta del frio que hace hasta que siento la calidez de la tela. Anne hace una reverencia y termina yéndose.

Trato de prepararme para lo que viene, en lo poco que he conocido a Gaadriel me he dado cuenta que es un hombre frio y definitivamente es difícil tratar con él, es altanero y finge educación pero es despreciable, no sé como un hombre tan joven puede ser tan miserable.

Princesa sin linajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora