Oliver
Habían pasado dos días desde que regrese de mi pequeña expedición a África, obviamente en cuanto mi madre me vio me castigó como nunca en su vida.
Tenía prohibido hacer el desayuno y salir en misiones por un mes, apenas llevaba unos días y me estaba volviendo loco.
Tanto Ana cómo Rubí estaban furiosas conmigo y parecía que ahora eran las mejores amigas, tal parece que solo se podían llevar bien cuando estaban en mi contra.
Por mi parte me había encerrado en mi habitación, no salía más que para comer y para salir a volar con Swift, que al final le gustó el nombre, mi madre seguía sin explicarse cómo y de qué manera un grifo se había aparecido en el instituto.
Sin que nadie lo supiera me había escabullido, a la biblioteca del instituto, y había sacado algunos bestiarios de los más antiguos.
Pero seguía sin encontrar nada sobre el Dios de los criptidos, encontré algunos criptidos raros, pero nada sobre un Dios.
Estaba en mi habitación leyendo uno en particular sobre África, vistiendo solo unos boxers largos y una camiseta de tirantes verde.
De repente alguien tocaba a mí puerta, siendo sincero no quería ver a nadie, pero si no contestaba entraría quien quiera que fuera.
-Ahora no estoy de humor vuelve en un mes.
-Soy Benjamín.
Me levanté de inmediato, estaba a punto de poner el seguro en la puerta cuando giró el picaporte y entro en mi cuatro tirándome al suelo.
-Lo siento.
-No te preocupes, aunque me agradaría que no intentaras entrar la próxima vez.
-De acuerdo, ¿Qué era eso tan importante que tenías que decirme?
-¿Sabes algo sobre un Dios criptido?
-Mmmmmm no me parece haber escuchado más que leyendas antiguas, pero nada en concreto.
-Es más de lo que e podido averiguar.
-Es algo que mi abuelo me contó hace mucho tiempo, solo sé que desde la antigüedad los criptidos obedecen solo a alguien superior a ellos, pero no sé a quién lo lamentó.
Me recosté en la cama, cerrando el bestiario, me di la vuelta un segundo, quedando de espaldas, metí mi cabeza entre la almohada, estaba frustrado, la búsqueda de las seis bestias que aquel criptido mencionó no me llevaba a nada.
De repente sentí como uno de los dedos de Benjamín recorría la planta de mi pie izquierdo, comencé a reír y por reflejo contraje el pie, me di media vuelta y él estaba sentado al borde de la cama.
-¿Qué es lo que te preocupa tanto?
-Si supiera te lo diría.
-Pues dime o si no.
Benjamín sostuvo nuevamente mi pie, no quería reír hasta la muerte, por ello le comenté lo que había sucedido en África con el Nunda y el León de Nemea.
-Eso es bastante extraño.
-Ahora ves que es lo que me preocupa y encima estoy aquí atorado, debería estar en África investigando.
-Dices que solo desparecieron después de escuchar aquel aullido, ¿Fue todo lo que pasó?
Aún estaba indeciso si contarle lo que el criptido me contó, definitivamente la sombra de mi primer sueño resultó ser el, pero algo dentro de mí me orillaba a el, me sentía raramente contento cuando estaba con Benjamín a pesar de que al principio me molestara su presencia.
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Oliver Blair y El Misterio de las Seis Bestias (Sin Editar)
FantasyOliver Blair parecería un chico normal de diecisiete años, solo que el tiene el trabajo más fantástico en el mundo, por alguna razón que desconoce se puede comunicar con los criptidos, animales que son desconocidos para la ciencia y que esta niega s...