Capítulo 4: Gritos de medianoche.

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Oliver

La noche era húmeda y fría, en el cielo no había estrella alguna, estaba completamente despejado, al cielo le faltaban sus luces.

Me topé con un antiguo templo frente a mí, y sobre el cielo apareció un arco con una flecha, el arco era dorado, la flecha tenía la punta de color plateado y las plumas al final del color rojo.

Finalmente sobre el arco un círculo dorado apareció, era parte del enigma de la tabla de las seis bestias, un rugido se escuchó por todo el lugar, y el círculo dorado cambio de color a un verde encendido, este brillaba en el borde del círculo y sobre las inscripciones dentro de él.

Del templo comenzaron a salir creaturas voladoras, estos emitieron un chillido espeluznante, y el templo se llenó de todos ellos.

El piso bajo mis pies comenzó a resquebrajarse, y caí la sensación de vértigo fue tal que hizo que despertara.

-Con que no fue suficiente una por noche.- Puse una de mis manos en mi cara Benjamín seguía dormido a mi lado, mire el reloj y eran las siete en punto.

Me levanté y me puse mi ropa de entrenamiento, estaba listo para salir cuando una voz me detuvo.

-Sí que pasas malas noches, eso explica tu humor todos los días.

-Es muy temprano para hacer corajes, buenos días, prepárate saldremos a las diez de la mañana.

Salí sin prestarle más atención al chico de mi cama, no había pasado nada entre nosotros, pero aun así me sentía culpable por haber compartido la cama.

En cuanto llegue no me esforcé por calentar, fui directo al área de entrenamiento con espadas.

Inicie el programa y tome mi espada de siempre, Benjamín ayer me llevó una diferente a la que uso para entrenar, mi yo interno se lo agradeció y comencé a pelear contra el holograma.

Media hora después me encontraba derrotado en el piso jadeando por el esfuerzo, estaba sudando a mares, el holograma me había derrotado cinco veces seguidas.

No entendía lo que me estaba pasando, los días anteriores no había tenido problema, estaba por reiniciar el programa cuando Rubí y Ana entraron por la puerta, definitivamente no me quedaría y menos cerca de mi ex novia con posibles y mortales armas que querría lanzarme.

Estaba por salir del entrenamiento de hologramas cuando Rubí llamó mi atención.

-Esa sí que es una mala puntuación, ¿pesadillas de nuevo?

Le sonreí, no quería contestarle aún seguía un poco molestó, pero solo le asentí con la cabeza.

-Deberías de ir a dormir un poco, saldremos en un rato.

-No, la cuestión con las pesadillas es que una vez que despierto de una me es imposible volver a dormí generalmente es muy rara la excepción.

Reinicie el programa, estaba a punto de empezar a luchar, cuando de repente Benjamín entro por la habitación, Ana le dedicó una mirada de odio y siguió corriendo en la caminadora, por su parte Benjamín solo me sonrió a mí, y se fue a la escaladora,

Mi concentración aumentó, esquivé el primer golpe del holograma y le clave la espada en el hombro, gire está y le destruí el brazo, le asesté un golpe en el pecho y desapareció.

La computadora género uno nuevo, y este fue degollado al instante en que se formó, así sucesivamente con los siguientes hologramas, logré una puntuación perfecta, no me explicaba tan repentino cambio, deje los holos por este día.

Pase a la sala de baile, me quite los tenis y puse un tema clásico, sabía perfectamente la coreografía, mis pasos eran ágiles y me avergonzaba admitir que eran incluso delicados, mi cuerpo se funcionaba con la música, di un par de saltos y piruetas mortales, la canción terminó y yo con ella.

Oliver Blair y El Misterio de las Seis Bestias (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora