Capitulo 12: Firme voluntad.

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Oliver.

Me había quedado en estado de fuga, la propuesta de Ben era clara y directa, muy dentro de mi quería aceptar, tumbarlo ahí y quedarnos para siempre de esta forma.

-No tienes que responder ahora, sé que pueden ser confusos estos sentimientos, cuando estés listo me lo puedes decir.

Ben me volvió a dar un beso y saco las piernas del agua, dejando mi cabeza en el suelo que está vez estaba mirando al cielo.

Mientras Ben se alejaba y cuando estuvo lo suficiente lejos, comencé a darme leves golpes en la cabeza.

-Tonto, tonto, tonto, debí decirle que sí.

-Ustedes los humanos son muy complicados.

Swift aterrizó a mi lado.

-Soy un tonto amigo.

-Así es.

La voz de Jaime había sonado detrás de mí interrumpiendo la conversación que iba a tener con Swift.

-Te lo deje en bandeja de plata, sabes lo complicado que es traer un hipocampo del caribe, no por supuesto que no lo sabes, de lo contrario hubieras dicho que sí, lo amas y el ti, no le veo el problema.

-No lo entiendes.

-No, el que no entiendes eres tú, hay cosas que no puedes ocultar, la amargura y el amor, lo que ustedes dos tiene es real, es amor.

-¡¡¡Ya se!!! Lo arruiné, iré a decir que sí.

-No te atrevas, el hizo todo esto espectacular solo por ti, para pedírtelo, tú tienes que hacer algo igual de espectacular.

Suspiré, Jaime tenía razón había arruinado la ocasión perfecta, pero en cuanto pudiera lo arreglaría.

Me levanté del suelo, me sentía un poco mal, no dije que sí, pero tampoco dije que no, solo esperaba que Ben no me apartara de su lado.

-¡¡¡Dame fuerza!!!

Jaime grito detrás mía.

-Swift.

Chasque los dedos, mi amigo entendió mis intenciones en cuanto lo hice, este tomó a Jaime por los hombros y en un abrir y cerrar de ojos lo había dejado caer al lago.

Swift regreso a mi lado, era hora de partir al santuario, está vez era algo más fácil, había visto a los criptidos que lo custodiaban, solo esperaba que la base de datos de la USB de mamá pudiera tenerlos registrados.

Llegue a dónde estaban todas mis cosas, encendí la laptop junto con la USB, comencé a navegar por el mapa interactivo que teníamos hasta que al final los localicé.

Afortunadamente mi madre tenía localizados a todos los Tatzelwurms, estaban en Noruega en concreto en el bosque de Trillemarka, estos no pertenecían ahí, los Tatzelwurms prefieren las zonas más cálidas debido a su cuerpo de serpiente, era raro que estuvieran en ese bosque pero los critptidos ya estaban como locos desde hace meses, y Noruega no nos quedaban tan lejos.

Justo ahí se encontraba el cuarto de los artefactos, un paso más para encontrar a las seis bestias, un paso más cerca para intentar traer a Rubí de vuelta.

Aún tenía esa idea no quería abandonarla, al menos lo intentaría, si no funcionaba me rendiría y aceptaría que Rubí se fue para siempre, pero las seis bestias me ofrecían una oportunidad, y algo más importante, me brindaban esperanza.

No perdí más el tiempo, me puse mi ropa que gracias a la magia de Jaime estaba como nueva, las muñequeras que para poco me habían servido.

Al lado de mi mochila había aparecido una capa muy lujosa, parecía hecha de un material afelpado, con esa capa luciría como una persona del medioevo.

Oliver Blair y El Misterio de las Seis Bestias (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora