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«Jade» Un simple susurro bastó para despertarla.

Abrió los ojos de golpe y con la respiración acelerada se sentó intentado recuperarse, estaba transpirando. Vio de reojo a Aiden asegurándose que estuviese dormido, el pequeño reloj colgado en medio de la pared marcaba las cuatro cincuenta y tres de la mañana. Tomó una gran bocanada de aire y se levantó dirigiéndose al baño, al entrar se dio cuenta que jamás en su vida había visto un baño más pequeño que este; una diminuta regadera y justo al lado estaba el lavamanos, si te sentabas en el inodoro las piernas quedaban debajo de este. Sin darle mucha importancia se quitó la ropa y se dio una larga ducha. Al terminar salió del departamento sin decir nada.


—Buenos días —saludó Ian a su primo, que ya se había dado un baño y se encontraba disfrutando de la televisión. Vio hacia el resto del departamento buscando sin encontrar —¿Y Jade?

Apagó el aparato

—No lo sé, se despertó muy temprano y se fue.

—¿A dónde? —Aiden levantó los hombros como respuesta. Caminó al refrigerador, pero al abrirlo no encontró nada.

—Para que lo tienes si no lo usas. —se quejó —No sé por qué Skander la contrato. Ella ... —antes de continuar la puerta se abrió dejando ver a Beth y detrás de ella a Jade. —¡No vinimos para turistear! —se acercó molesto a ella —¿En dónde estabas?

Beth e Ian se quedaron en silencio, Jade puso una bolsa en la mesa.

—El desayuno, de nada. —se sentó —Lo que yo haga no es de tu incumbencia. —Él solo apretó la mandíbula.

—Buenos días Beth. —Aiden la saludo invitándola a sentarse.

Ian y Jade en los extremos de la mesa, Beth y Aiden a los lados

—Debo admitir que no pude dejar de pensar en lo que pasó anoche, —miró de reojo a Jade refiriéndose a sus enormes alas —ahora me doy cuenta de lo increíble que esto es.

—Me alegra que lo aceptes Beth, solo te pedimos que no hables de esto con nadie que no seamos nosotros —ella asintió.

—¿Y qué eres? Me refiero, a qué te dedicas en su amm... mundo —preguntó.

Aiden con orgullo en su rostro, se enderezó.

—Soy Capitán de la Guardia Real. —dijo, pero ella no entendió del todo.

—Es jefe de todas las tropas del Rey Skander y encabeza la guardia personal de la familia real. —Jade explicó para que ella entendiera. —Habla claro. —mordió su emparedado.

—¿Qué hay de ti? —se dirigió a su novio —A que te dedicabas, eras estudiante o ¿algo así?

Sonrió nervioso —Era su compañero, —señaló a su primo —era su segundo. —explicó —Era un buen guerrero.

—Más qué solo bueno, según sé. —Jade intervino —Eras de los mejores con las dagas.

—¿En serio? —se sorprendió —¿Eras cazador?

Bajo la mirada —Algo así.

Beth sonrió aceptando la información.

—¿Sabes? A mi abuelo le gustaba cazar. Él tenía cicatrices y las manos callosas, pero tú, ustedes no parecen tener ninguna marca, o mi abuelo era muy malo o ustedes muy, muy buenos —rio.

Jade soltó una risa falsa.

—Es un don —sacó una de sus dagas y con ella abrió la piel de su antebrazo derecho dejando salir la sangre, en cuanto terminó de abrir la herida, esta comenzó a sanar sin dejar cicatriz y solo tuvo que limpiar la sangre.

Guardianes: El Legítimo Rey.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora