Ian llevo a Beth a una de las salas de entrenamientos dentro del castillo; una en la que pudiera practicar su danza apaciblemente, aprovechando el regalo que Jade le había dado.
–¡Listo! – Dijo él luego de mover cada obstáculo que impidiera que su novia pudiera moverse libremente – Ahora es tu turno – se dejó caer al suelo agotado.
Antes de cualquier otra cosa, Beth fue hasta él y le dio un beso – Gracias – tenía una enorme sonrisa en su rostro. Fue hacia el centro e inicio su práctica.
La observaba con atención, amaba verla bailar, era como si ella entrará en su propio mundo. Se dejaba llevar olvidándose de todo lo demás y expresándose atreves del baile. Su falda rosada volaba cada vez que ella giraba y sus movimientos eran elegantes y delicados. Su dorado cabello suelto iba de un lado a otro. Beth podía sentir la mirada de Ian sobre ella, no la ponía nerviosa, al contrario la hacía sentir segura, sobre todo cuando la veía de esa manera, como si la admirara. Cuando se detuvo pudo sentir lo acelerada que estaba, su corazón latía con fuerza y sudaba a pesar del frío que hacía.
–¡Quien iba a decirlo! – ‹‹¿En qué momento había llegado Jade?››, Ella pensó – De verdad bailas.
– Gracias... creo – no supo bien que decir.
La Reina vio su ropa – Quizás sea el vestido – lo señalo – o el hechizo que le puse. – La molesto. Beth se quedó muda, ¿No había sido ella? – Relájate, solo estoy bromeando – rodó los ojos.
Volteo a ver a su novio y al hacerlo vio que no estaba solo, a su lado estaba Aiden – En realidad fue fascinante Beth – la halago y ella se sonrojo. No esperaba que alguien además de Ian la viera bailar – No la molestes – se dirigió a Jade.
Esperaban probablemente una respuesta de enojo o el inicio de otra pelea, pero ambos se quedaron en shock cuando la reina se acercó a él tranquilamente – Es buena – mencionó. Foux iba sobre su hombro como un hurón – pero ella quiere ser mejor o eso creo.
– Ya lo es – la defendió. Era raro no notar enojo o algo más en sus voces – Ian, podrías decir algo.
– Adúlenla si quieren, pero si lo hacen demasiado, ella se confiara.
¿Acaso se seguían el juego? – Amm... ¿Qué está pasando? – Ian quiso saber y no solo él, también Beth.
La bailarina se acercó a ellos lentamente - ¿No se odiaban? – Estaban confundidos – O ya ¿No?
Foux bajo de Jade, corrió a Aiden y comenzó a treparlo – Un poco de esto y poco de aquello – respondió él bromeando.
– Hablamos – Jade fue hacia el centro de la habitación – dejamos claras algunas cosas. – en sus manos comenzaban a formarse picos de hielo – Todo se arregla con un poco de chocolate. – Miro al blanco en la pared – Aunque... – lanzó directo al centro – estoy casi segura... - otro – que... – formó otro más – aún no le agrado del todo – lanzó.
Aiden acarició al hurón – Yo tampoco te agrado – atacó.
– Me agrada molestarlo – contesto - ¿Eso cuenta?
Beth sonrió tímidamente – No lo sé, pero ya es algo.
– Admito que esto es raro.
Deshizo los picos que había lanzado y los miro – Ni me lo digas.
Al pasar los días su relación iba mejorando, ya no había más peleas o molestias entre ambos pero aún era algo incómodo verse y no saber del todo que decirse que no fuera solo para molestar al otro.
Para Aiden fue raro buscarla, pero sabía que quizás Jade era la indicada para ayudarlo. La vio sentada en una de las barandas de piedra del castillo, con las piernas cruzadas sin miedo a caer, leyendo un libro y completamente absorta en su contenido. Su vestido no parecía el indicado para el frío, era de tela más delgada de color gris oscuro, escotado en frente, de manga larga, y estaba descalza.
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Guardianes: El Legítimo Rey.
Fantasy*HISTORIA COMPLETA* El peligro asecha a Rixtor, el reino de Skander, quien acude a una Asesina para traer de vuelta a su primo Ian del mundo humano porque aquello que amenaza su reino también ronda entre los Caídos; que no son más que Nefilims en p...