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Se ayudaron con una antorcha para poder ver bien el lugar. Había sangre por todo el suelo – ¿Qué haces aquí Aiden? – Jade quitó las máscaras de sus rostros – ¿Por qué te interesan estas cuevas? – Había algo que le decía que no estaba ahí por la misma razón que Skander le había dicho. Él buscaba algo diferente.

–Skander me pidio buscar información – señalo las paredes – ¿Y tú? – ¿Por qué conocía la existencia de estas cuevas? Dudo por unos segundos, Skander los había usado para su beneficio y les había dicho historias distintas, ¿Qué era lo que él realmente quería?

– Skander me paga para encontrar a un asesino, uno que tiene un tatuaje que lo identifica – él frunció el ceño.

– Espera, ¿Qué?

Apretó la mandíbula –Maldito hijo de... es un asno sarnoso, nos usó. – era evidente su molestia pero no era momento para ello; tenían que averiguar qué les ocultó.

– ¿Me mintió? – ¿Se ofendió? rodó los ojos.

Se acercó a la pared – Es obvio que nos mintió – la tocó sintiendo los relieves de lo que sea que estaba tallado en ella – Eso no es lo importante sino el ¿por qué? y ¿qué nos ocultó? – Suspiró – Dime ¿Qué buscas aquí?

Se acercó – Estás runas. – tocó la pared donde ella estaba – He intentado leerlas pero hay espacios en blanco que no me dejan entender lo que dice.

Jade intento leer – a/ ero/ – leyó en otra parte – sea/ rcas/ dev/ era/ ten/ – nada tenía sentido – ¿Qué es todo esto?

–Aun no lo sé – camino más adentro – Skander creé que es sobre protección, que quizás ayude con respecto al asesino y no el que tú buscas. Solo intento descifrarlo – lo siguió.

Entonces recordó aquellas marcas que pensó que no eran más que un simple reflejo de la luz en el agua, solo que ahora no las veía – Apaga el fuego.

– Pero no veremos nada.

– Solo hazlo – lo hizo. Ahí estaban de nuevo brillando en la oscuridad, se acercó para poder mirarlas mejor – Son letras, como las runas pero estas están en otro idioma – él solo veía garabatos, las tocó pero no había relieve en ellas – Es Enoquiano.

Se quedó quieto y asombrado – ¿La lengua de los Ángeles? – ella asintió. Las miro pero seguía sin entender, era un lenguaje perdido, ya olvidado – ¿Sabes leerlo?

Soltó una risa muda – Los Puros no olvidamos a nuestros ancestros. – Lo vio – Claro que puedo leerlo – afirmó – ¿tienes escrito lo de las runas?

– Sí, están en el castillo.

–Bien, ahora solo hay que apuntar lo demás y juntarlo.

Recorrieron cada cueva, tomando notas de cada letra que encontraban. La última de ellas tenía muy pocas y estaban esparcidas, por lo que tuvieron que ir más a fondo. Conforme avanzaban se hacía más cálido por lo que se quitaron las capas. Iban por pasillos estrechos y parecía que nadie había estado allí, revisaban cada parte de la pared con y sin luz casi sin prestar mucha atención a su alrededor, ni siquiera escucharon como caía el agua de la cascada que tenían frente a ellos. Caminaron sin fijarse, lo que provocó que se mojaran por completo con el líquido helado, era como si fuera la puerta a la gruta.

– ¡Carajo! – dijeron y se miraron.

– ¿Por qué está tan fría? – él se sacudió el agua – Si todo está cálido aquí.

Dejó su capa en el suelo – El agua viene de fuera, se enfría en el recorrido por el invierno.

Al pasar el agua llegaron a una pequeña gruta. Observaron a su alrededor, no necesitaban del fuego para poder ver, el agua del pozo parecía brillar desde lo profundo, finalmente vieron el techo donde estaban las runas y las marcas brillantes.

Guardianes: El Legítimo Rey.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora