El aire frío instantáneamente les erizo la piel.
—¿En dónde estamos? —preguntó Ian, que, aunque creció en este mundo no se lograba ubicar.
—Pasando la frontera sur. —Aiden respondió al ver el rostro confundido de su primo y continuó —Fue idea de Skander, —entró a la cabaña unos segundos y volvió a salir con algo en las manos —dijo que ayudaría a prepararte para ver a todos en lugar de llegar directamente —los miró.
—Igual será incómodo. —Jade se acercó a ellos.
—¿Por qué? —preguntó Ian.
—Eres un Caído. —lo dijo sabiendo que esa palabra no era la que quería usar —Antes un Príncipe guerrero; tu gente se sintió traicionada cuando se enteraron de tu decisión.
El Capitán solo rodó los ojos.
—Pónganse esta capa. —se dirigió a Beth —Cubrirá su ropa humana y los protegerá del frío. —entregó una capa larga a cada uno. —Y por favor, relájate —le pidió a su primo. Comenzó a caminar seguido por los demás.
A varios metros de la cabaña encontraron una carroza enganchada a dos caballos, sin cochero en ella.
—¡Perfecto! Que pereza caminar hasta el castillo —Jade rápidamente se subió sin esperarlos.
Una vez acomodados, Ian frente a Beth y Aiden frente a Jade los caballos comenzaron a andar.
—Ellos saben el camino. —Aiden informó al ver el rostro de curiosidad de Beth.
Conforme iban avanzando el verde desaparecía y dejaba a su paso al blanco de la nieve, el frío se hizo más intenso. La vista que tenían a través de las ventanas era de un bosque infinito y completamente congelado, los troncos escarchados y las copas desprovistas de hojas. La nieve pintaba todo a su alrededor.
—¿Cómo es que no se sabe de este mundo? —dijo maravillada por el cambio de estación y de paisaje.
—Por la misma razón que los animales se esconden de los humanos. —Jade respondió molestándola.
Ian le tomó la mano.
—Son leyes; reglas establecidas hace siglos que se respetan para que los humanos tengan su vida y nosotros la nuestra. —explicó —Es una larga historia.
—Ya habrá tiempo de contártela Beth.
Jade rodó los ojos —En resumen; los humanos son soberbios y odian a quien es más poderoso que ellos. Ya te imaginarás lo que pasó cuando los Guardianes; que eran seres muy poderosos... —desvío la mirada hacia la ventana —...ellos se vieron obligados a protegerse y proteger su pueblo, creando así este mundo para poder vivir en paz, lejos de los humanos —respiró profundo —¿Otra pregunta? — parecía estar molesta.
Beth negó y prefirió seguir viendo por la ventana en silencio. Se relajaron esperando llegar pronto.
Ian se giró hacia Jade y comenzó a observar su cabello blanco, pensando en la razón de su extraño color; sus pómulos y mejillas rosadas por el frío; sus cejas negras, muy distintas a su cabello y entonces ella hizo un gesto arrugando su nariz y rosando delicadamente el dorso de su mano sobre ella, intentando disminuir la picazón por el frío, algo muy sutil y a su vez tan femenino, un gesto que se le hizo extremadamente familiar y que lo hizo estremecer.
—¿Qué? —le dijo irritada sabiendo que la miraba hacía rato.
—¿Ya nos habíamos visto antes? —preguntó arrugando el entrecejo.
Aiden veía la situación sin mucho interés. Antes de que ella pudiera contestar, aullidos comenzaron a escucharse poniendo en alerta al Capitán y a los demás. Mirando por las ventanas, de nuevo se escuchó un aullido tras otro. La carroza se detuvo, los caballos movían sus orejas y se ponían cada vez más nerviosos.
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Guardianes: El Legítimo Rey.
Fantasy*HISTORIA COMPLETA* El peligro asecha a Rixtor, el reino de Skander, quien acude a una Asesina para traer de vuelta a su primo Ian del mundo humano porque aquello que amenaza su reino también ronda entre los Caídos; que no son más que Nefilims en p...