Guardianes: El Legítimo Rey.

22

Por la mañana, lo primero que Jade hizo fue enviar a Foux con una nota a Elliot:

"Volveré a Jörd antes del mediodía. Foux se quedará contigo hasta mi llegada.

Te veré pronto.

Jade."

Luego de enviarla tocaron a su puerta. Vio a uno de los guardias – El Rey requiere de su presencia en el salón – No espero una respuesta, dio la vuelta y se fue.

Perfecto, así hablaría con él y se despediría. Tomo su capa y salió directo hasta él. Había dejado los vestidos aún lado decidiéndose por un pantalón y un saco de manga corta azul oscuro; volaría hasta su reino y quería estar cómoda.

Vio sus antebrazos, en ambos brillaba lo que parecían raíces que nacían de la muñeca hacia la mano y hacia el codo, incluso sobre su cicatriz; había contenido su poder lo más que podía. Luego de cumplir la mayoría de edad un Puro debía estar en entrenamiento y vigilancia, pero no había quien le ayudará. Su poder y su magia luchaba por salir, por encontrar un sitio dentro de ella, envolvió ambos brazos con tela y luego los cubrió con brazales uno para cada mano.

Al llegar al salón lo primero que noto fue que no estaba vacío, estaban todos los Skuret, los Reyes, Príncipes y Princesas, incluyendo a Beth.

– ¿Qué es esto? – ¿sabían que se iría?

– El Rey nos ordenó venir – Ayira le explicó – Supongo que también a ti – asintió.

La puerta volvió a abrirse dejando pasar a Skander y a Aiden; siendo este último con quién evitaría el contacto visual.

– Bien aquí me tienen – nadie entendió – Me llamaron.

Thabo fue quien habló – Fue usted quién nos llamó.

Nada tenía sentido, ¿Quién los había reunido a todos? Beth se puso muy nerviosa e Ian la tomo de la mano. Jade vio a su alrededor intentando pensar; faltaba alguien.

Lyssandra entro al lugar a paso firme deteniéndose delante de todos ellos y acompañada de tres soldados con la cara cubierta, uno de ellos se quedó cerca de la puerta, su dama Eris estaba parada detrás de ella. Los guardias de las familias reales tomaron posición de ataque – La mayoría de la gente piensa que es difícil reunir a toda la realeza en un solo sitio yo dirá que... no – los miro.

– Lyssandra ¿Qué haces?

Vio a su padre – Bueno, después de la pequeña charla que tuvimos anoche, entendí que reinar me sería algo... complicado – Su cabello naranja estaba sujeto en una trenza larga y vestía de negro y verde – Ya que Saik será el que sea coronado.

– ¿Qué?– el Rey Makonnen al igual que el resto querían saber.

– Ella no es mi hija, no tiene mi sangre. – Explicó William – Hablé contigo a solas para evitar esto – señalo a los demás monarcas – Hablaría con el Rey Skander sobre Saik.

Skander dio un paso adelante – ¿Quiénes son ellos? – le preguntó.

Sonrió – Unos amigos – camino hasta estar aún lado de ellos – Están aquí para ayudar y no solo a mí a recuperar lo que es mío por derecho – veía directamente a Saik – También a alguien más.

–¿Por eso controlabas, no mejor dicho, drogabas a Skander? – Aiden intervino. El Rey William ya había hablado con Skander sobre lo sucedido por lo que no se sorprendió.

La puerta se volvió a abrir interrumpiéndolos. Uno de los guardias del castillo entro alterado – ¡Majestad! ¡El castillo está invadido, tienen a la gente encer... – no pudo terminar, una espada le había atravesado la garganta, un hombre detrás de él la saco de su cuerpo y este cayó al suelo inerte.