Quiero conocerte

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Bruno mi amoooooooor~ Me enamore de la imagen apenas la vi =>u<= Hace un monton que no actualizaba este fic. . .¡Los maldigo exámenes de cierre de trimestre! Bueno, sin nada mas que decir salvo: ¿Que quieren que actualize despues? Risotto o Jotaro, la decicion esta en sus manos(? los amo etc. etc. disfruten el cap de hoy owo

Oficina de Big Daddy (Cuarto de huéspedes): ___(Cal)

Jueves 11 de marzo.

18:36 p.m.

– No te odio. – Repitió por décima vez mientras apretaba un poco más fuerte sus brazos con los que me rodeaba. – Desesperante, inoportuna, grosera, mandona, peleona. . . pero jamás odiosa. – Ahogue una pequeña risa llena de sarcasmo. Tenía mi cara enterrada en su pecho acanelado, sentía con fuerza el olor natural de su cuerpo mesclado con ese característico pero leve olor a vainilla que tenía el perfume de sus prendas. Acariciaba mi cabeza, enredando sus largos y finos dedos en mis cabellos, si bien se me hacía extraño en la posición que estábamos también lograba relajarme un poco.

– Si no soy odiosa ¿Entonces por qué me vendiste al enano? Creí que era un encanto – Conteste con molestia, el recuerdo presente de la oferta de ese maldito minion seguía rondando en mi mente como agujas afiladas acuchillando un alfiletero. Había hablado sobre mi hermana, sobre Haruno, me persuadió con ellos dos y el único que sabía de la existencia de mis pequeños perversos polimorfos era Bucciarati. El debió haberle contado a Big Daddy sobre ellos, me traiciono, y ahora no podía enojarme con él por sus dulces palabras. Es un veneno, uno demasiado dulce.

– No, jamás te vendería. Es. . . complicado. – Contesto separándose un poco de nuestro extraño abrazo, mirándome a los ojos fijamente. Esos bellos iris de zafiros podían relajarme a pesar de sentir un fuego crispante en mi interior, mi corazón latía con tanta fuerza que comenzaba temer que él lo escuchara, pero al estar tan cerca de él me doy cuenta que el suyo esta tan exaltado como el mío. – Si, yo lo sugerí. Piensa, ___(Cal), estaría en un bella ciudad como es Verona, custodiando un capo renombrado dentro de Passione que prometió pagar la educación de tu hermana y "el bastardo mitad mitad". Pagaría mucho más rápido tu deuda con el que conmigo. – Podía verlo, sus ojos estaban levemente acuosos en cuanto decía estas palabras. – Es, mucho, mucho mejor para ti. . .mucho más de lo que yo seria. – Lo último lo dijo tan bajo que pienso que fue más para el que para mí.

Ambos no dijimos nada más después de eso. Solamente podíamos escuchar el compás de nuestras respiraciones calmadas, ambos pensando en lo que haríamos a continuación. Si bien, era lo más correcto para mí, una parte de mí ser gritaba que eso sería una pésima idea. El solo pensar que tendría que ver la estúpida sonrisa de Log todos los días acompañada por la odiosa mirada de Dimitri me daban ganas de vomitar. Piensa en el dinero, ___Cal) gritaba otra parte. Si lo que dice el idiota de cabello feo es verdad, podría ser libre, incluso sería capaz de pagar mi propia educación y entrar al mundo de la moda como lo había querido desde pequeña. Era un buen plan, solo tendría que soportar a esos dos por un par de años y también tendría la oportunidad de sacar a adelante a esos dos niños. ¿Qué hay de él? No pude evitar mirarlo mientras se levantaba, tomando el traje de gala que se le había encomendado para hacer su labor el día de hoy.

Era guapo, aunque pareciera delgado bajo de su típico traje blanco tenía un complexión que no la tendría ningún chico de su edad a menos que la trabajara. Era atractivo con su mentón levemente redondeado y sus suaves facciones, con ese horripilante cabello cayendo un poco por los hombros, creó que necesitara un corte dentro de poco, lo más destacable de él sería su mirada tan profunda como el mar azul. Era educado y elegante, en cada pequeño rasgo que el poseía. Como sostenía entre sus delgados dedos las hojas de reportes y misiones que se pasaba leyendo, como miraba al frente desde arriba, incluso la manera en la que se sentaba lo hacía ver como alguien de clase alta y a quien tener en cuenta. Siempre con una sonrisa amble para los civiles y un rostro inexpresivo para sus enemigos. Pero, más allá de eso apenas si sabía cosas de Bruno, él era bastante reservado a pesar de lucir lo contrario. No sabía nada de él más que su apellido y nombre, y ese horripilante gusto por los mariscos. Parecia ser alguien extrovertido a primeras, pero no hablaba mucho de sí mismo, no sabía nada de su familia si es que acaso él tenía alguna.

La sombra del zipperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora