????? ??????: ____(Cal)
????? ??????
¿?:¿? ??
La música sonaba con suavidad y dulzura. De fondo podía escucharse el agua corriendo en la bañera, vapor caliente salía del baño mientras que mis ojos poco a poco se iban abriendo encontrándome en un extraño cuarto a oscuras.
Me deslice por las sabanas de una cama que no era la mía, me encontraba un tanto desorientada, ¿Quién no lo estaría al encontrarse en un entorno completamente diferente? Al girar mi rostro hacia la mesa de luz en esta había un velador, cual prendí, y a su lado se encontraba un reloj con brillantes números rojos titilando. 12:35 am del día miércoles 10 de marzo de 1994. Pensé mientras me levantaba de la cama. Mi bufanda no estaba en mi cuello y el collar de perro de Passione se encontraba en el aparador, me lo coloque por mera costumbre mientras que me ponía las pantuflas que daba el hotel.
Era una linda habitación, un tanto espaciosa con una cama lo suficientemente grande para dejar dormir toda Italia en ella, bueno, dos camas, había una más pequeña justo en frente. Las luces brillaban con un claro anaranjado, deslumbrando aquella habitación de blanco pastel. Un tocador con varios productos de belleza destacaba junto a un armario realmente impresionante. Al abrir ambas puertas pude sentir aquel cautivador aroma de vainilla y marea, era e característico aroma de Bucciarati mezclado con su olor natural. Su prendas estaban pulcramente colgadas allí, lo que me hizo darme cuenta de donde estaba y que hacia aquí.
Seguramente dormí más de la cuenta en el tren, y por culpa de mi sueño pesado el cabeza de coco se vio obligado a tráeme en brazos. Suspire, un tanto resignada al verme obligada a agradecerle el no dejarme varada en aquel tren de mierda. Salí del cuarto, escuchando mejor el ruido de la ducha. Olía a Bruno dentro así que comencé a alejarme del baño, si quería usarlo debía esperar.
La sala era espaciosa, tal vez más que toda mi casa junta, tenía una enorme chimenea que chispeaba calentando el ambiente con sus leños al fuego. El sillón se encontraba frente a una mesita de vidrio y en otro mueble más adelante había una enorme televisión, la cocina era más pequeña pero estaba impecable. Abrí el pequeño refrigerador, teniéndome que agachar, para ver que podía comer. No había comida allí, tenía una nota de papel sobre ella la cual ignore por completo al notar la prolija caligrafía de mi "dueño" y volví a cerrar la puertita. Tome un vaso de la alacena para servirme agua, al lado había una bolsa de papas así que la tome con una leve sonrisa en el rostro mientras buscaba con la mirada donde estaba mi bufanda.
Bad Things se manifestó en cuanto la bolsa se abrió, comenzó a abrir su boca un tanto exagerada mientras movía aquella extraña cola al final de su cuerpo. Rodé los ojos con diversión mientras le tiraba una de mis deliciosas papas, y él la comía con estruendo mientras se acurrucaba en mi cuello.
– Sabes que no tiene que usarlo siempre ¿verdad? – La voz de bruno me sobresalto un poco, haciendo que soltara la bolsa inmediatamente, como si hubiera hecho algo malo, por suerte mi Stand logro tomarla con sus garras, casi rompiendo l paquete por cierto. Al girarme lo vi con una toalla cubriendo su cintura y otra su cabeza, mostrando la mayor parte de su caja torácica.
– Me gusta tener cosas en el cuello, sino me siento desnuda. – Respondí tomando la bolsa entre mis manos, lanzándole una de mis papas a aquel bicho flotante. Al girarme bruno estaba entrando al cuarto, seguramente para vestirse, mientras que yo me lanzaba de cara al cómodo sillón para comenzar marcar el número de Carina. Tras unos segundos el teléfono fue contestado, con la alegría de la voz de mi hermana prácticamente gritando al otro lado de la línea. Divertida por su actitud comencé a contarle como era el lugar en el que me hospedaba, prometiéndole que algún día ella estaría en uno más hermoso que este.
ESTÁS LEYENDO
La sombra del zipper
RandomBella, bella italia. Nápoles tiene a un asesino dentro de su territorio. Sujetos de diferentes mafias han sido asesinados y saqueados, nada importante hasta que atacaron a un escuadrón de Passione. ¡Bruno Bucciarati! Ese es el nombre del hombre que...