Nota importante al final del capítulo.
Centro de la ciudad de Nápoles: Benedetto.
Sábado 13 de marzo. 14:48 p.m.
El aire alrededor desprendía un fuerte olor a agua salada, lo cual es normal, considerando lo cerca que estamos del mar. Realmente no creí que podría reservar con tanta facilidad este lugar, aunque claro, nadie le dice que no a “Mami”, ahora, era cuestión de tiempo para que nos encontraran en El Castillo del Huevo. Aunque me sorprende, después de la explicación del gorila verde de Al sobre el sorprendente olfato de esa mocosa, nunca creí que el viejo truco del incendio funcionara, aunque claro, con todo ese humo dudo que pudiera seguirle el rastro a su hermana o al otro idiota de cabello ridículo.
Pero ¿Camelia? Oh, mi dulce, dulce Camelia. Aun mi cuerpo tiembla con su sola presencia, aun con tanto tiempo separados y el pequeño “incidente” con ese bastardo mal nacido de DIO, dudo que hubiera logrado controlarme el suficiente tiempo como para no salir en su búsqueda; esta vez decidido a hacer que sea mía y solo mía de una maldita vez por todas. Como siempre debió ser.
Pero no, ahora, estaba aún más impura de lo que ya estaba. De solo imaginar su vientre hinchado por un culpable que no fuera yo me hacía hervir la sangre. ESA mujer es de mi pertenencia. El mal nacido de Kujo no tenía derecho de ponerle un maldito dedo encima, y ahora, no solo le pertenece a él, sino que también los retoños que deberían ser MIOS son SUYOS.
Con la mano temblorosa, tome con delicadeza de mi bolsillo un hermoso y delicado cabello rojizo como el amanecer atado en con un lazo blanco en un hermoso moño que hacía saltar a la vista la inocencia de esa muñequita pecosa. Una inocencia robada, mezclado de la mierda del mundo y sus manos manchadas en sangre. Oh, sabía que no era una niña dulce e inocente, no como mi dulce Camelia. Ella era la flor marchita en odio de su familia, un clavel muerto como quien diría. Era una niña muy mala que me aseguraría de adiestrar. El solo hecho de imaginarme aquella ardiente mirada violácea revuelta en llamas ser apagada para solo dejar cenizas, era una imagen gloriosa. Aun sentía hespamos con solo pensarlo, frustrado por culpa de la falta de mi virilidad, ansiándola día a día, noche tras noche, mientras mi mente vuelve a esa imágenes tan bellas y gloriosas del Cairo, antes de que mi desgracia iniciara. Bueno, tendré tiempo de divertirme con las otras dos, todo, a su debido tiempo. Solamente esperaría un poco más a que la pequeña desarrollara un poco su cuerpo, podre ser una mierda y basura de excusa de ser humano, pero no estoy lo suficientemente loco y desesperado como para ponerle una mano encima a una niña. No, no, no, la paciencia siempre recompensa, y ya he sido muy paciente. Dios me está recompensando por mi tiempo perdido. Me recompensó con el rojo fruto de una Diosa y un demonio, como quien dice; el fruto prohibido. Con un cabello carmín tan apetecible como una jugosa manzana pronto llegaría a mí, a mis puertas, para ver como el idiota de su amado es asesinado frente a ella, engullido por sus propios deseos egoístas.
Que gloriosa imagen.
Pero mi ensoñación debió de ser interrumpida, Sonneschein, una mujer de un falso y mal teñido cabello azul y delantal entro en la habitación, cascareo con su garganta, seguramente otra vez estaba sonriendo de esa manera que tan incomoda la ponía. - Si ya terminaste de fantasear con ese cabello, la niña respondió bien a la droga. Hugo se quejó por que usamos más de la que creía que necesitaba, no es fácil hacerla. Esta ni siquiera se durmió. - Así que la enana lo resiste mejor. La familia con la luna en la espalda siempre había sido algo curioso, pero sin duda aun había muchísimos misterios que necesitaba descubrir. Que tenía que descubrir.
– ¡Perfecto! - Exclame con entusiasmo mientras la veía rodar los ojos para luego salir caminando acompañada de mi persona. - Nº8 ya se fue ¿No? Si ella llega a descubrirlo por algún motivo, estamos muertos ¿Lo sabias? ¿Lo sabias? - Ella asintió con la cabeza sin separar sus ojos del camino, aunque estaba detrás de ella podía sentir el calor de su mirada iracunda. Desde la muerte de Schmetterling, a las manos de mi hermosa rosa, solo había una cosa en su cabeza; venganza por su hermana muerta. En eso se parecía al gorila que murió por drenado de su energía, bueno, medio drenado. Parece ser que la habilidad de la mocosa es la más peligrosas de sus, ya de por sí, poderosas hermanas. - Tranquila *Solcito, cuando esto acabe tendrás tu ojo por ojo con MI la Rosa de la Lujuria. -
Su paso veloz se detuvo en ese mismo momento, girándose sobre su propio eje, me dio una golpiza tan fuerte que fue capaz de tirarme al suelo mientras que la sangre salía de mi labio roto acompañado de unas fuertes rías provenientes del rincón más oscuro y profundo de mi garganta. Aquel dolor punzante y picoso hacia cosquillas en todo mi podrido ser. No podía respirar bien entre las fuertes risas que se escapaban de mis bellísimos labios.
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La sombra del zipper
SonstigesBella, bella italia. Nápoles tiene a un asesino dentro de su territorio. Sujetos de diferentes mafias han sido asesinados y saqueados, nada importante hasta que atacaron a un escuadrón de Passione. ¡Bruno Bucciarati! Ese es el nombre del hombre que...