Capítulo 1

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—¿Enserio encontraste algo para mi Jeff? —dije entusiasmado

—Si, y espero que lo puedas tomar —dice al otro lado de la línea

—¡Claro que si!, —respondo entusiasmado— ahora todo es bueno

—¡Me encanta el entusiasmo que le pones hombre!

—Amo mi trabajo, a estas alturas podría pasarmela fotografiando hasta a una ardilla —bromeo

—Creo que me ha quedado claro, gracias por tan gráfica explicación

—De nada.

—Bien, es mañana ¿vale?, espero que tu estudio no esté polvoriento —me reí

—Lo está, pero lo arreglaré

—Eso es lo que harás —su voz se escucha cansada

—Y bien... ¿Quién es? —pregunté con curiosidad

—Sólo sé que es un actor

—¿Me has mandado a alguien que no sabes ni quien es?

—Algo así, Mía dijo que era para ti, así que lo tomé

—No hombre, pues gracias —dije sarcástico

—¡Hey!, dijiste que cualquier cosa es buena, apuesto a que esto es mejor que una ardilla —reímos

—Seguro, entonces ¿a qué hora dijiste?

—No la dije

—Pues dila

—A las 10:00 a.m., tendrá el tiempo necesario para que le tomes las fotos que ambos necesiten, él llevará todo su equipo y eso, espero que esté bien para ti.

—Claro que lo está, eh Jeff de verdad gracias

—Fue Mía, no yo, por mí seguirías con un estudio polvoriento y yendo al parque a fotografíar ardillas. —él nunca iba a superarlo.

—Idiota.

—Cuando quieras... ¡Bye!

-...-

Al terminar de limpiar mi estudio suspiré y me senté en la silla que supuestamente necesitaría mañana. El trabajo estába bien, quiero decir, que bueno que me han dado uno y ¡caramba! A un actor, pero tan siquiera el no saber quien era me ponía nervioso, qué si no le gustába mi trabajo, o cómo lo hago.
Respiré hondo apartando todo pensamiento que pudiera aparecer en mi cabeza y traté de sonreír a nadie en absoluto, quizás solo a mí.

—Vale Liam, tranquilo. Has hecho esto un millón de veces —si pero no a ningún famoso— terminaré matándome hoy y no llegaré a mañana —me dije pasando mis manos por mi cabello y suspiré de nuevo

Había fotografiado a personas antes, a Mía, a mi hermana Lucy y hasta a Jefferson y todo había salido bien, ¿qué podría salir mal ahora?, bueno solo una cosa, que al famoso que fotografiara no le gustara mi trabajo y  no llenar sus espectativas como quisiera.

—Le gustará. —me dije decidido y cerré el estudio para dirigirme a mi apartamento que quedaba a tan solo unas cuadras de ahí.

-...-

Mi alarma sonó exactamente a las 7:00 a.m. Deseé cinco minutos más pero algo en mi lo impidió, no dejaría que un trabajo así me esperase.

Me metí a la ducha y diez minutos despúes salí, elegí ponerme sólo unos jeans y una camisa a cuadros verde, tomé mi bolso en donde guardé mi cámara y un lente, tenía una profesional en el estudio pero podía llevarla para cualquier cosa. También metí mi portátil y salí del apartamento.

The photographer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora