# 𝟎𝟑༉

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¡Capítulo tres!

Miré a mi mamá con algo de enojo y a la vez decepción.

¿Porqué no me lo contó?

Soy su hija, si me enojaría y decepcionaría de ella. Pero si al menos me hubiera dicho eso porqué yo entendería. Me considero una persona madura, bueno, un 30%. Pero es mi mamá, y la tendré que apoyar ya que no encontró otra cosa mejor.

─Lo siento, Evangeline.─ Nos encontrábamos en su habitación. Después de la llegada de ése Christopher, yo pedí una explicación, ella los dejó en su pequeña sala mientras nosotras estábamos en la habitación. ─ Te juro que busqué muchos trabajos, pero ninguno me aceptó. El anterior departamento era caro, y bueno, esa parte ya la sabes, pero te juro que no encontré nada, hija. Todos me rechazaron por no terminar la preparatoria y bueno, conocí a una mujer y ella me metió en esto.─ No miraba, ni siquiera sabía que decir, sólo me limité a abrazarla y suspirar. Mi madre se vendía y no había nada más que entender.

─Lo siento tanto. ─ dijo llorando.

─Ya mamá, yo no puedo hacer nada, es tu vida. ─Terminé con nuestro abrazo y la miré, sus ojos eran rojos y tenían algo de pintura suelta.─ Eres una adulta, tú sabes lo que haces, solo que lamento que hayas tomado este camino.

─Ya te lo dije una vez hija, y te lo volveré a decir. Jamás fui ni seré una buena madre.

─Basta.─La corté. ─ Solo, olvidemos esto y mejor vámonos que tu.... tu cliente espera.─ Dije con amargura.

Ella asintió y salimos de la habitación, Luke ya tenía una camisa puesta, listo para su servidora.

─Hora de irnos.─Avisó mamá mientras tomaba su abrigo.

─Hay más comida en el micro, igual puedes pedir algo a mi nombre, regreso en unas horas.─ Asentí y fui hacia la habitación donde yo suelo dormir hasta que las palabras de mamá me detuvieron.

─Chris cuidará de ti, Eva.─Mi sangre se congeló al igual que mi cuerpo, me sentía rígida de solo escuchar su nombre. Miré hacia el hombre que estaba en el sillón sin tomarme importancia, asentí levemente y mamá sonrió para luego desaparecer por la puerta.

Me sentía curiosa en este momento por conocer a este hombre, solo sabía que se llamaba Christopher, y bueno, no tenía otra cosa que hacer. Pensaba leer los libros que traje, pero las preguntas se me hicieron más interesantes.

Caminé hacia el sillón y me senté en un extremo, Christopher aún seguía entretenido en el televisor. Me acomodé y mi movimiento pareció llamar su atención.

─¿Cuántos años tienes?─ Pregunté mientras me acomodaba más en el sofá.

─¿Disculpa?─ Su vista se fijó en mí y pude ver como recorría mis piernas con su mirada.

─Estoy aburrida, quiero jugar a las preguntas.─ Él simplemente sonrió.

─¿Quieres jugar?─ Asentí. ─ Bien, juguemos, pero el segundo juego lo elijo yo.

─De acuerdo.

─Bien, jugemos, pequeña.

𝐝𝐚𝐝𝐝𝐲, 𝐭𝐚𝐤𝐞 𝐦𝐞.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora