¡Capítulo veintiuno!
El sonido de la alarma de Christopher me despertó, pero aún no abría mis ojos. Disfrutaba el momento que compartía con Christopher, como siempre.
Pero, anoche fue diferente. Estamos desnudos, cuerpo a cuerpo, juntos y la noche anterior compartimos un momento íntimo que se me hizo demasiado especial. Sonreí ante los recuerdos que llegaron a mi mente, ver a Christopher tan vulnerable fue una imagen demasiado excitante. Sus gemidos roncos en toda la habitación, es que aún no lo podía creer. No sabía que yo podía causarle eso a un hombre, y, claro, que me refiero a Christopher, mí papi.
Traté de moverme pero un dolor se acumuló entre mi pierna y gemí de dolor y removi por el dolor. Mi acción hizo que Christopher se despertara y no tardó en mirarme con preocupación.
─Buenos días. ─Hablé para que sepa que estoy bien.
─No te quise lastimar, bebé. ─Su forma dulce de disculparse hizo que mi corazón se estrujara, se veía arrepentido, pero, rápidamente le di un beso en la mejilla y lo abracé.
─Estoy bien, solo debo esperar unas horas y listo.─Sus brazos tomaron mi cintura y sentía como me abrazaba. Me acomodé y sentí algo húmedo en la cama.
─Mierda, mierda, mierda.─Sentía como me ponía roja de la vergüenza al tratar de acomodarme y ver una mancha roja por debajo de mi. Empujé a Christopher y él no sabía lo que pasaba, con dolor, me paré y me cubrí con las sábanas para luego tomar las de la cama y salir de la habitación.
────────
Regresé a la habitación de Christopher y estaba acostado con nuevas sábanas, yo aproveché para darme un baño y sentirme limpia, lavé mis dientes y la cara para sentirme más cómoda.
Me recoste junto a él y no tardó en envolver sus brazos al rededor de mi cuerpo, amaba la sensación que me provocaba Christopher, con tan solo un toque.
─Gracias por tan magnífica noche, amor.─Le regresé el beso, y lo abracé pegándole más a mi cuerpo.
─Pero date cuenta, que todos mis días junto a ti son especiales. Anoche fue algo más que eso, no sabría como explicarlo.─
Sonreí y nos quedamos así, me coloqué sobre él y comencé a besarlo, sus manos tocaron mi traero y me movió para rozarme con su desnuda polla, pero gemí de dolor y me detuve para mirarlo.
─Lo siento.─Se disculpó de nuevo, lo besé y yo solo quise quedarme así.
Los labios de Christopher
siempre serán la mejor
medicina para el dolor.
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𝐝𝐚𝐝𝐝𝐲, 𝐭𝐚𝐤𝐞 𝐦𝐞.
Fanficel sudor que transpiraba en nuestros cuerpos nos recorría a ambos. pero ni eso satisface mi necesidad por que él me toque en donde está prohibido. 𝘁𝗼𝗱𝗼𝘀 𝗹𝗼𝘀 𝗰𝗿𝗲́𝗱𝗶𝘁𝗼𝘀 𝗮: ﹫hxrry_96