# 𝟎𝟒༉

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¡Capítulo cuatro!

Christopher Vélez, 23 años casi 24. Su color favorito es el rojo y le gustan los perros. Esa fue la única información que le pude sacar, él solo era un amigo de mamá, y yo que pensaba que era uno de sus clientes. Pero tal que me equivoqué.

─Bien, ahora..

─Basta, terminó este juego.─Le veo algo asustada y nerviosa por su tono de voz. Pude ver como de nuevo esa sonrisa que me quemaba el cuerpo apareció. ─ Es hora de ponernos algo más cómodos, pequeña.─ Asentí embobada, y Christopher comenzó a acercarse más y más a mi, demasiado. Sus rodillas tocaron los dedos de mis pies y colocó su mano en mi pierna.

─C-Christopher....

─Shh, primero te voy a dar algunas reglas, dulzura.─No respondí, solo me limité a mirarlo y fijarme en sus ojos. ─ Primero que nada, en este juego yo soy tu papi, y tú eres mi pequeña, ujúm. Digamos mi pequeña princesa.

─¿Jugaremos a la mamá y el papá?─Susurré ingenua.

─Digamos que sí, pero esta vez mamá no está y tú me tendrás que dar cariño.─Asentí recordando el cariño que le daba a mi padre, me refería a abrazos y algunos juegos de cosquillas, que a veces teníamos con Channel.─ Lo otro, es que si te portas mal tendré que castigarte.

─¿Qué clase de castigo, Christopher?

─ ¿Disculpa?

─ Lo siento, papi.

─ Solo digamos que tendré que azotar tu pequeño culo.─ Sentí unas vibraciones extrañas entre mis piernas, Christopher corrió sus grandes manos hasta tomar mi muslo y apretarlo. Gemí accidentalmente ante la acción y vi como Christopher sonreía. Su rostro fue acercándose más y nuestros labios ya se podían rozar. Esto estaba mal, demasiado mal. Christopher era un hombre mayor, no podíamos hacer esto, pero, su mano en mi muslo se sentía tan bien y cuando la apretaba sentía una corriente pasar entre mis piernas. Nos miramos a los ojos y sin pensarlo, tomé sus labios y un poco torpe fui chupándolos, sus dos manos tomaron mi culo y lo fue apretando. Pegó su cuerpo al mío y pude sentir como subía mi falda un poco más. Me tomó del trasero. Pude sentir algo duro cerca de mi sexo y eso me prendió más.

─Oh, papi.─Su lengua invadió mi boca y yo me uní a él.

Nuestras lenguas se tocaban y me sentía tan bien, nunca había sentido esto, pero, estaba mal. Pero de igual formas me gustaba, y parece que Christopher al igual que yo lo disfrutaba.

𝐝𝐚𝐝𝐝𝐲, 𝐭𝐚𝐤𝐞 𝐦𝐞.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora