# 𝟐𝟐༉

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¡Capítulo veintidós!

Papi.

Te veo en casa en un momento.

Guardé mi celular en mi bolso y caminé un poco más hasta dar en el edificio de Christopher. Tomé la llave que él me dio hace unos días y abrí la puerta. El calor del departamento era muy bueno, a fuera había demasiado frío y me sentía en casa cada vez que llegaba aquí.

Pasaron unos minutos hasta que Christopher llegó, se veía tan lindo con su gorrito de lana y suéter gris. Cuando me vio sonrió y se acercó a mi, nos dimos un beso en los labios y pude sentir frío en estos.

─¿Pasó algo importante?─Lo abracé por los hombros y él me tomó de la cintura.

─Tal vez.─Sonrió y me besó de nuevo.

─Siento feliz en cada uno de los besos, ¿qué pasa?─ Estaba confundida, Christopher me miró y sonrió más, adoraba verlo así, pero, en este momento me sentía asustada, pero, igual curiosa por saber el motivo.

─Sé que sonará ridículo pero..─Para un momento y le golpeo para que continúe, se ríe y continua.─Pude entrar a la pelea.

Christopher me tomó y giró en nuestro lugar cuando me sostuvo.

Unas semanas atrás él me había dicho que quería entrar a un combate, pero, que no lo dejaban participar porque era más fuerte para los de la primera categoría de peso ligero. Y por eso decidió entrar con personas de su categoría.

En este momento no sabía que decir, yo en realidad no quería que entrara. Busqué vídeos e imágenes en Google, y los resultados no fueron algo que quisiera ver en Christopher. Algunos llegaban a hospitales por este tipo de peleas, y la verdad esto es una de las cosas que no me gustaría que le pasara.

Abracé fuerte a Christopher y él se separó un poco.

─¿Pasa algo, bebé?─Lo volví abrazar.

─Solo, no quiero que te lastimen. ─Hablé en su hombro, Christopher nos separó un poco y besó mis labios.

─Estaré bien, bebé.

─Pero, ¿y si te toca un grandote y fuertote y chonchote?─Christopher río, pero yo seguía seria.

─Usaste mucho tote.─Ríe de nuevo, pero, sé que quiere cambiar el tema de conversación.

─Enserio Christopher, no quiero que te lastimen.

Nos besamos de nuevo, y, entre nuestro beso susurró: te prometo que voy a estar bien, Eva.

Tomó mi cadera y nos pegó, sonreí y lo tomé por el cuello, me puse de puntitas y lo besé. Él tomó mi cintura y me pegó más a él, no había espacio entre nosotros. Christopher hizo más intenso el beso, di un brinquito y abracé la cadera de Christopher con mis piernas. Sentí una nalgada en la parte izquierda de mi trasero, y sonreí en los labios de Christopher.

─¿Estás segura?─Nos despegamos nuestros labios y yo solo asentí.

Esto lo tenemos que celebrar, papi.

𝐝𝐚𝐝𝐝𝐲, 𝐭𝐚𝐤𝐞 𝐦𝐞.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora